RDÉ DIGITAL, EGIPTO (EFE).- El “Reporte Mundial de las Ciudades 2022: Ciudades y acción climática”, presentado por ONU-Hábitat en el Foro Global de Urbanismo (WUF12) en El Cairo, revela que un futuro de cambio climático y rápida urbanización podría exponer a 2,000 millones de personas a temperaturas medias al menos 0.5 grados más altas para 2040.
Sin embargo, este escenario se enfrenta a una grave insuficiencia de inversión en infraestructuras que prevengan los riesgos asociados.
La directora Ejecutiva de ONU-Hábitat, Anacláudia Rossbach, destacó la importancia del informe, que examina cómo las ciudades contribuyen al cambio climático y son afectadas por él. Rossbach mencionó eventos recientes, como los ocurridos en Valencia, España, como ejemplos claros de los impactos que el cambio climático ya tiene en los entornos urbanos.
El extenso informe de más de 400 páginas, publicado cada dos años, analiza la crisis climática desde múltiples ángulos, incluyendo gestión política, pobreza, desigualdad y espacios verdes. Además, ofrece recomendaciones de políticas públicas para abordar estos problemas tanto a nivel local como global.
Uno de los hallazgos más alarmantes es que las ciudades están recibiendo menos del 20 % de la financiación necesaria para una acción climática efectiva.
Se estima que se requieren entre 4.5 y 5.4 billones de dólares al año para construir y mantener infraestructuras resilientes al cambio climático, mientras que la financiación actual apenas alcanza los 8,310 millones anuales. Esta brecha de financiación deja a las ciudades, especialmente a sus poblaciones más vulnerables, expuestas a riesgos crecientes.
El informe también señala que la concentración de personas en áreas urbanas aumentará el impacto del cambio climático. Se prevé que el 36 % de la población global viva en ciudades con una temperatura media anual de 29 grados, lo que incrementará la vulnerabilidad de los ciudadanos ante el calor extremo y otros efectos del cambio climático.
El crecimiento urbano descontrolado ha llevado a una drástica reducción de los espacios verdes, pasando del 19.5 % en 1990 al 13.9 % en 2020 a nivel global. Sin embargo, esta reducción ha sido desigual, afectando especialmente a ciudades del sudeste asiático, que han perdido casi la mitad de sus áreas verdes.
Además, el informe advierte sobre las intervenciones climáticas que, en lugar de proteger a las poblaciones vulnerables, han exacerbado su situación, como en el caso de la “gentrificación verde”, donde la creación de parques ha llevado al desplazamiento de comunidades de bajos ingresos y al aumento de los precios de la vivienda.