En una época donde el artista promedio puede ganarse la vida, haciendo el consentimiento más acerca de la producción y menos sobre el viaje emocional, el autosacrificio y los sentidos terapéuticos que el arte como vehículo de sanación se supone o debe representar, como lo hicieron los antiguos maestros.

HRSURIEL, ha logrado traernos de vuelta al hogar donde la conciencia. la creación y la participación del espectador colisionan. Esto ha permitido al espectador lanzarse y explorar un lugar bastante desconocido, pero al mismo tiempo familiar quizás a los sentidos de nuestros sueños, dándole participación al alma, mediante la creación de personajes los cuales en momentos pueden sentirse como que están saliendo de un lugar difícil, hombres sin cabeza con trajes delante de coches clásicos mirando de frente o de lado y viejos aeroplanos, tanques de guerra, motores personificados en elefantes, bibliotecas, otros ilustrando la fuerza y el poder de las armas creadas por el cuerpo humano frágil, como eje de comparación.

El artista desde su formación arquitectónica logra esculturas y pinturas, demostrando ser un hombre de sus tiempos al únicamente enfocarse en sus experiencias de vida, rompiendo todos los paradigmas incrustados a su entorno. En lugar de utilizar todos los hermosos colores que lo rodean en el Caribe, él se adentra profundamente en el consciente para explorar el subconsciente, con el fin de retratar los vastos y en momentos extraños caminos de la sociedad, en ocasiones excluyendo en algunos casos los rostros en sus trabajos, con el fin de centrarse en el lenguaje corporal, posturas representando fortaleza, pero no necesariamente estabilidad en su presencia.