RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El 11 de junio de 1845, la República Dominicana dio un paso fundamental en la construcción de su identidad institucional con la creación formal de la Suprema Corte de Justicia. Esta fecha no solo marca la consolidación de un órgano judicial, sino que representa un legado cultural e histórico que ha moldeado el desarrollo social y político del país.
Orígenes coloniales y legado histórico
La tradición judicial dominicana hunde sus raíces en la época colonial, con la Real Audiencia de Santo Domingo establecida en 1511, una de las instituciones judiciales más antiguas del continente americano. Esta Real Audiencia, compuesta por un presidente y tres oidores, fue un reflejo de la influencia española y su sistema legal, y funcionó como un tribunal de apelación para administrar justicia en el Nuevo Mundo.
A lo largo de los siglos, el sistema judicial fue evolucionando bajo distintas influencias: la dominación francesa, la breve independencia de 1821 y la dominación haitiana, todas dejando huellas en la organización y funcionamiento de los tribunales. Cada etapa contribuyó a forjar la identidad jurídica y cultural del país.
La independencia y la construcción de un sistema judicial nacional
Tras la independencia en 1844, la Constitución dominicana estableció la creación de la Suprema Corte de Justicia como máxima instancia del Poder Judicial, simbolizando la afirmación de la soberanía y la justicia propia del nuevo Estado. La Ley Orgánica de 1845 formalizó esta institución, integrándola con un presidente y tres vocales, sentando las bases para un sistema judicial autónomo y organizado.
Autonomía y modernización: un camino hacia la justicia contemporánea
Los siglos XX y XXI trajeron consigo reformas que fortalecieron la autonomía administrativa y presupuestaria de la Suprema Corte, crucial para preservar la independencia del Poder Judicial. La creación de la Escuela Nacional de la Judicatura en 1998 fue otro paso cultural significativo, al promover la formación profesional y ética de los operadores judiciales, enalteciendo la justicia como un valor nacional.
La Suprema Corte como símbolo cultural
Más allá de sus funciones jurídicas, la Suprema Corte de Justicia es un símbolo de la historia, la democracia y el compromiso dominicano con el Estado de Derecho. Su evolución refleja no solo cambios legales, sino también transformaciones sociales, políticas y culturales que han marcado la identidad nacional.
Desde la Real Audiencia hasta la actual Suprema Corte con sus cámaras especializadas, este órgano es un pilar cultural que representa la búsqueda continua de justicia, equidad y respeto a los derechos fundamentales, valores esenciales en la construcción de la República Dominicana como nación.