Por Jeimy Moquete.
RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La semana pasada, la tragedia provocada por el desplome arquitectónico de la discoteca Jet Set reavivó la preocupación pública por la seguridad de las infraestructuras en el Gran Santo Domingo.
A raíz del suceso surgieron múltiples cuestionamientos sobre el estado del puente Francisco del Rosario Sánchez, conocido popularmente como el Puente de la 17, que conecta el Distrito Nacional con Santo Domingo Este.
Ciudadanos que transitan por el referido lugar, así como residentes en los alrededores y debajo del mismo, han denunciado mediante fotos y videos en redes sociales el avanzado deterioro y la corrosión visibles del puente.
Estos reportes han generado un llamado urgente a las autoridades para evitar que ocurra una tragedia similar a la del Jet Set, pero que podría ser de consecuencias aún más devastadoras.
Un puente con medio siglo de historia y corrosión
El Puente de la 17 fue inaugurado en 1974 durante el gobierno de Joaquín Balaguer, como parte de los esfuerzos por mejorar la conectividad entre las dos márgenes del río Ozama.
La obra, construida por la empresa venezolana Industrias Metalúrgicas Van Dam, S.A., costó 4.4 millones de pesos y cuenta con un esqueleto metálico de aproximadamente 800 metros de longitud, cuatro carriles (dos en cada dirección) y juntas de expansión en ambos sentidos.
Actualmente, más de 60 mil vehículos y unas 200 mil personas utilizan esta vía diariamente. Sin embargo, pese a su importancia, el puente no ha recibido mantenimiento estructural adecuado por más de tres décadas y media, limitándose a intervenciones parciales como el parcheo de hoyos con láminas metálicas.
Según el ingeniero Alex Ramírez de Marchena, quien fue asesor en la construcción del Metro de Santo Domingo, el puente llegó usado desde Argentina con 40 años de vida útil consumida. “Esta estructura está vencida desde hace tiempo. “Fue traída usada desde Argentina y ya ha cumplido su ciclo de vida”, afirmó en una reciente entrevista.
Alarmas encendidas
El alcalde de Santo Domingo Este, Dío Astacio, reconoció públicamente la gravedad de la situación. “Se sabía que había temas de mantenimiento importantes, y se ha declarado ante varios reportajes que hay cierto nivel de urgencia”, indicó. Aunque aclaró que su institución no tiene competencia directa sobre el mantenimiento del puente, reafirmó el compromiso municipal de velar por la seguridad de los ciudadanos.
Desde las comunidades afectadas, las voces se han alzado con fuerza. Miembros de la Coordinadora de Organizaciones Barriales Don Bosco (Condonbosco) protagonizaron una protesta el domingo, exigiendo al gobierno la construcción de un nuevo puente en lugar de simples reparaciones.
“Queremos un puente nuevo. “La plataforma actual está deteriorada, es muy vieja y representa un peligro”, expresó Alexis Rafael Peña, miembro de la organización. En tanto, Pedro Viloria, coordinador del Foro Interbarrial Permanente (Foinpe), sostuvo que las reparaciones ya no son suficientes.
. “Este puente tiene más de 50 años y ha sido reparado muchas veces. “Lo que se necesita es una infraestructura moderna que garantice la seguridad”, afirmó.
Las condiciones bajo el puente
Además de los riesgos que enfrentan los transeúntes, los residentes de barrios como Los Guandules, ubicados en las inmediaciones del puente, también denuncian condiciones de vida precarias.
Cesar Segundo, quien vive en la zona desde hace 40 años, criticó que las obras realizadas por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) no contemplen la contratación de mano de obra local. “El 90% de la mano de obra es haitiana. “Queremos que se dé prioridad a los dominicanos”, declaró.
Segundo también se refirió a los problemas de inseguridad.
ruidos y desprendimientos constantes que les impiden descansar con tranquilidad bajo la gigantesca estructura metálica.
Diagnóstico técnico y recomendaciones
Las observaciones recientes del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) coinciden con las denuncias de la ciudadanía.
En el puente se evidencian vigas desgastadas. En algunos tramos, el concreto muestra signos de degradación avanzada.
Entre las recomendaciones técnicas destacan:
• Realización de estudios patológicos del hormigón.
• Diseño y colocación de nuevas juntas de expansión.
• Limpieza general para eliminar escombros, maleza y residuos.
• Medición de espesores de vigas y nudos para evaluar daños.
• Reparación o sustitución de elementos metálicos oxidados.
• Refuerzo de soldaduras, remaches y fijaciones.
• Aplicación de pintura epóxica y protección anticorrosiva.
• Instalación de iluminación y señalización.
• Diseño de sistemas de acceso para facilitar el mantenimiento futuro.
Una infraestructura marcada por la historia
Antes de la construcción del Puente de la 17, el cruce del río Ozama hacia el Distrito Nacional se realizaba únicamente por los puentes Duarte y Matías Ramón Mella, o incluso en yolas y a nado en décadas anteriores. Su inauguración marcó un hito en la expansión urbana y en la movilidad entre las dos zonas de la capital.
Hoy, al cruzar el puente en el Metro de Santo Domingo, es inevitable observar desde las ventanas el drama humano de las precarias viviendas en la ribera, el deterioro y el abandono institucional de dicho puente.
El puente Francisco del Rosario Sánchez, ícono del desarrollo vial de los años 70, hoy es símbolo del olvido y de los peligros latentes. La ciudadanía ha hablado. Las autoridades están advertidas.