RDÉ DIGITAL, EL VATICANO.– El papa Francisco no participó este Viernes Santo en el tradicional Vía Crucis en el Coliseo de Roma debido a su convalecencia por una infección respiratoria. Aunque su ausencia ya estaba prevista, el Pontífice dejó escritas las meditaciones que fueron leídas durante la ceremonia, presidida por el cardenal Baldassare Reina, vicario de Roma y delegado papal.
Es el tercer año consecutivo en que el Santo Padre se ausenta de este rito, anteriormente debido al frío y problemas de salud, aunque en ocasiones anteriores su decisión fue comunicada a último momento. En esta ocasión, su estado de salud —tras permanecer 38 días hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma— impidió su asistencia, pero no su mensaje.
Meditaciones: una crítica a la economía que descarta
Las reflexiones del papa Francisco durante las 14 estaciones del Vía Crucis se centraron en una profunda crítica al modelo económico actual. En uno de los textos, el pontífice reflexiona:
“La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra”, en contraste con un sistema deshumanizado que “funciona con cálculos, algoritmos y frías lógicas”.
Asimismo, critica el valor numérico que el mundo ha impuesto:
“Noventa y nueve valen más que uno”, y destaca la urgencia de desafiar esa lógica con una economía del cuidado, la inclusión y la compasión.
Cada estación incluyó una oración redactada por el Papa, en las que pide por los excluidos, por los invisibles, por quienes ya no tienen fuerza para seguir adelante, y por aquellos que esperan un renacer justo.
Paz, unidad y conversión: el clamor del Papa
En una de las plegarias más sentidas, Francisco suplica:
“Concede a tu Iglesia paz y unidad, Señor Jesús, que llevas las heridas de nuestra historia”.
Y en la estación final, eleva un ruego por la paz universal:
“Que venga tu paz para quien no tiene poder ni dinero, para quien carece de voz, para quien espera un renacer justo”.
El mensaje concluye con una invocación inspirada en san Francisco de Asís, en la que pide el don de la conversión del corazón, una transformación espiritual urgente en tiempos de desigualdad y sufrimiento.
Presencia incierta en los actos pascuales
El Vaticano aún no ha confirmado si el Papa participará en los actos del Domingo de Resurrección, incluida la tradicional bendición Urbi et Orbi. Por ahora, sus apariciones públicas serán definidas según su evolución médica.
Este Jueves Santo, el Pontífice mantuvo una de sus tradiciones más simbólicas al visitar a 70 reclusos en la cárcel de Regina Coeli, gesto que refleja su cercanía con los más marginados, incluso en medio de su fragilidad física.