RDÉ DIGITAL, WASHINGTON.– Durante sus primeros 100 días en el poder, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado 130 órdenes ejecutivas, cifra récord que supera ampliamente las 99 firmadas por Franklin Delano Roosevelt en 1933. Las medidas buscan aplicar nuevos aranceles, endurecer la política migratoria y reducir la estructura del Gobierno federal sin intervención del Congreso.
El enfoque ha desatado duras críticas de organizaciones civiles, expertos y académicos, quienes califican su gestión como un riesgo para la democracia. Conceptos como “presidencia imperial”, “socavamiento de la democracia” y “asalto a los derechos humanos” han marcado el tono de los análisis recientes.
Erosión democrática
Analistas advierten que el país se encamina hacia un autoritarismo competitivo, régimen donde persisten elecciones pero con instituciones debilitadas, similar al modelo que impera en Rusia, Turquía o Venezuela. Trump ha justificado muchas de sus órdenes declarando emergencias nacionales, estrategia criticada por académicos como Steven Greene de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien señala su uso indebido en contextos ajenos a guerras o desastres.
Una de las medidas más controvertidas fue invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para ejecutar deportaciones sumarias de venezolanos acusados de ser parte del Tren de Aragua, trasladándolos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
A pesar de los recursos judiciales interpuestos, las mayorías republicanas en el Congreso no han frenado el avance de las iniciativas del presidente. “Los congresistas han mostrado más lealtad a Trump que a sus electores o a la Constitución”, afirma el profesor John Carey de Dartmouth College.
Caída de la confianza ciudadana
La entrega de perdones a implicados en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 ha profundizado el escepticismo ciudadano hacia las instituciones. Según el más reciente informe de Bright Line Watch, la confianza en la democracia estadounidense cayó a sus niveles más bajos desde 2017, puntuando 53 sobre 100 entre el público general y 55 entre expertos.
El politólogo Steven Levitsky, de la Universidad de Harvard, advierte que aunque el daño a la democracia liberal estadounidense es todavía reversible, el país avanza peligrosamente hacia una forma de autoritarismo competitivo.
El próximo sondeo, previsto para mayo, podría reflejar una caída aún mayor en los índices de confianza, marcando un momento crítico en la historia política contemporánea de Estados Unidos.