Por Jeimy Moquete
RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Este 29 de abril, la danza en República Dominicana se alza como símbolo de constancia, esfuerzo y proyección global. La Dirección General de Bellas Artes celebra con orgullo los frutos de décadas de trabajo artístico y pedagógico reflejados en la consolidación de sus compañías oficiales y la formación de talentos que hoy brillan en los más exigentes escenarios nacionales e internacionales.
Desde el Ballet Nacional Dominicano, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, la Escuela Nacional de Danza (Endanza) y el Ballet Folklórico Nacional Dominicano, el país ha tejido una historia de excelencia, creatividad y proyección mundial. Cada institución representa una pieza fundamental de un engranaje que ha elevado el arte del movimiento a un lugar privilegiado dentro del desarrollo cultural nacional.
“La danza ha dejado de ser una expresión aislada para convertirse en una política pública. Desde Bellas Artes trabajamos para que la danza se respete, se valore y se proyecte a todos los niveles”, afirma Marianela Sallent, directora de la Dirección General de Bellas Artes.
En este marco, Sallent extendió un mensaje de felicitación a los maestros de danza del mundo, en especial a los de República Dominicana, quienes, pese a los retos, logran formar artistas excepcionales. “Estos formadores de la noble disciplina de la danza, más bien son transformadores, son el tránsito necesario hacia el desarrollo de mejores seres humanos”, valoró.
Cuatro pilares que sostienen la danza oficial
La Escuela Nacional de Danza (Endanza), el Ballet Nacional Dominicano, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y el Ballet Folklórico Dominicano conforman los cuatro pilares que sustentan la danza oficial en el país.
“El aporte de Bellas Artes es invaluable e incalculable en vista de que forma a los profesionales de la danza a tan alto nivel que actualmente nos representan en países tan avanzados en danza como Holanda, Estados Unidos, Nueva Zelanda y España, entre muchos otros”.
El Ballet Nacional Dominicano, bajo la dirección de Stephanie Bauger, es sinónimo de disciplina, rigor técnico y belleza escénica. Con un repertorio que abarca desde clásicos universales hasta propuestas contemporáneas con sello dominicano, esta compañía ha dejado su huella en escenarios como el Festival Anual Internacional de Ballet de Miami, el Teatro Metropolitano de Medellín y el Festival Internacional de Ballet (FINBA) en Cali. Producciones como “Botero” y “Ellas” han llenado importantes salas de República Dominicana y del extranjero.
“La danza es una carrera que requiere de arduo trabajo y, como siempre he dicho, la perseverancia y el compromiso que demuestran los bailarines en nuestro país merecen un gran aplauso”, destaca Bauger.
Por su parte, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea (CNDC), fundada en 2010 y dirigida por Edmundo Poy, representa el lenguaje de la actualidad. Su misión ha sido formar bailarines, maestros y coreógrafos, generando un espacio para el discurso escénico sobre temas sociales y culturales. Obras como “Link” y “Enlace” elevan el estándar del género en el país.
“Tenemos un día especial para ese arte tan maravilloso como son las artes escénicas. Es una fiesta mundial (…) como país contamos con una Compañía Nacional de Danza Contemporánea que es un lenguaje universal”, expresa Poy, quien también resalta la participación en festivales y talleres comunitarios.
Desde 1981, el Ballet Folklórico Nacional Dominicano, dirigido por Maritza Reyes, proyecta el arte y la cultura dominicanas mediante las danzas autóctonas. Presente en barrios, clubes, escuelas, pueblos y eventos oficiales, esta compañía ha llevado su arte a Estados Unidos, América Latina y Europa. Además, desde 1994 desarrolla un programa didáctico folklórico para escuelas, enseñando a los estudiantes sobre la evolución y tradiciones del país.
Por su parte, la Escuela Nacional de Danza (Endanza), bajo la dirección de Antonia Alcántara, ha sido la cantera de formación para cientos de jóvenes. Su enfoque en una educación integral basada en valores y técnica ha dado frutos notables.
“Formamos seres humanos antes que artistas. Nuestro mayor orgullo es ver a nuestros egresados triunfar fuera, sabiendo que todo comenzó aquí, con esfuerzo y pasión”, señala Alcántara.
Acento internacional con sello dominicano
La danza dominicana vive una etapa de fortalecimiento. “Están surgiendo bailarines integrales, versátiles y capacitados para explorar diferentes estilos y lenguajes dentro de la técnica clásica y contemporánea”, afirma Bauger, quien también reconoce a los egresados de Endanza que hoy triunfan en grandes compañías internacionales.
Egresados destacados de Endanza:
- Jennifer Ulloa – Ballet Real de Nueva Zelanda
- Rosa Lidia Cabrera Nuessi – Ballet Nacional Holandés
- Johan Mancebo – Ballet de Cleveland
- Gabriela Checo – Cleveland Ballet
- Sherly Belliard – Ópera de Breslavia (Wroclawska)
Otros dominicanos en el exterior:
- Michelle Jiménez – Maestra y ensayadora del Ballet Nacional Holandés, asistente de Annabelle López Ochoa
- Gabriela Delgado – Ballet del Sodre
- Alexa Torres – Ópera de París
- Juan Capellán – Compañía Nacional de Danza
“En este día especial, celebramos no solo los logros individuales, sino también el avance colectivo de la danza en nuestro país”, subraya Bauger.
Proyección y futuro: más acceso, más impacto
Entre los retos pendientes, las autoridades trabajan en ampliar la enseñanza fuera de la capital, consolidar el relevo generacional y fomentar la creación coreográfica. Para ello, la Dirección General de Bellas Artes, en colaboración con el Ministerio de Cultura, impulsa becas, alianzas interinstitucionales y circuitos regionales de formación.
“La danza es esa energía que nos mueve hacia la solidaridad, la armonía, la conciliación, el perdón. Formadores, bailarines, coreógrafos, ensayadores, bailemos, bailemos, bailemos, pues, ¡para convertirnos en mejores mujeres y hombres hasta extinguir la última gota de nuestra existencia!”, expresó Sallent con emotividad.
Bailar la historia
El Día Internacional de la Danza se celebra desde 1982 en honor a Jean George Noverre, revolucionario del ballet moderno. Para la comunidad artística dominicana, es un día de reflexión y orgullo.
“Nuestra vida ha girado alrededor de la disciplina de la danza desde que tenemos conciencia de nosotros mismos… ha sido el bálsamo para la recuperación de heridas y dolores que enfrentamos naturalmente en el transcurrir de vida”, concluye Sallent.
República Dominicana celebra bailando su historia, su presente y su proyección hacia un futuro que, sin duda, continuará moviéndose al ritmo del talento nacional.