RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El periódico haitiano Le Nouvelliste publicó este jueves 15 de mayo un extenso y contundente editorial en el que cuestiona la reunión que sostuvo el presidente dominicano Luis Abinader con los expresidentes Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina, ocurrida el día anterior en el Ministerio de Defensa de la República Dominicana.
Según el diario, esta convocatoria revela una estrategia para consolidar decisiones “cada vez más duras” contra los haitianos, al tiempo que expone la falta de dirección política en Haití frente a su vecino.
Editorial íntegro del periódico Le Nouvelliste Haití:
El presidente dominicano Luis Abinader se reunió con los expresidentes de su país, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina, el 14 de mayo de 2025, para informarles sobre la situación en Haití y advertirles sobre sus futuras orientaciones políticas. La crisis de seguridad en Haití y sus riesgos para República Dominicana estuvieron en la agenda de la reunión.
Esta reunión preanunciada fue una oportunidad para que el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona demostrara una vez más que el tema de Haití ha sido el cimiento de su línea política desde su primera toma de posesión el 16 de agosto de 2020. La dominicanidad del presidente, con sus raíces familiares levantinas, cobra vida cada vez que trae al primer plano el problema haitiano.
Mientras se reunía con sus antecesores, continuaban las redadas de ciudadanos haitianos en las calles de su país. ¿Busca Abinader licencia ilimitada para actuar? ¿Está desactivando las críticas políticas al involucrar a toda la clase política de su país en sus decisiones respecto a Haití? ¿O quiere ir más allá de los límites ya cruzados?
El lugar elegido para realizar la reunión no es menor: el Ministerio de Defensa de la República Dominicana. La puesta en escena estuvo bien elaborada. La foto de los tres exfuncionarios y el actual presidente, todos de azul, rodeados de militares es a la vez grave y trágica. El presidente Abinader quiso dejar claro a sus compatriotas que, ante el peligro que representa Haití para República Dominicana, estaba consultando a quienes le precedieron. Al hacer esto, legitima aún más las decisiones que toma y tomará contra los haitianos, independientemente de que vayan en contra de tratados y convenciones.
Durante meses, el presidente Abinader ha estado aumentando el gasto militar de su país, otorgando más poderes a las fuerzas de seguridad para monitorear, rastrear, capturar y deportar a los haitianos. En las calles de los pueblos más pequeños y a lo largo de la frontera y el muro que separan los dos países, sopla un viento bélico.
Detener la inmigración haitiana y erradicar la presencia haitiana en República Dominicana van de la mano con prestar especial atención a la situación en Haití. La diplomacia dominicana bajo el reinado de Luis Abinader es la que más denuncia los errores de la comunidad internacional en el manejo del tema haitiano y la que más exige el involucramiento de la comunidad internacional en la resolución de la crisis haitiana. El presidente dominicano suele pronunciarse sobre el tema y aprovecha cualquier oportunidad para dar lecciones.
República Dominicana, bajo Abinader, logró aplicar la más dura de las políticas antihaitianas, confiscó más armas destinadas a Haití que las administraciones anteriores y arrestó a más pandilleros haitianos que transitaban por su territorio que cualquier otro gobierno de la región.
Al mismo tiempo, Abinader es el presidente que cierra la frontera y aumenta las exportaciones dominicanas a Haití. Ama el dinero de los haitianos y odia su presencia en el suelo de su país más que cualquiera de sus predecesores.
Aquí en Le Nouvelliste, desde 2010, se escribe que un nuevo amo se ha instalado en la isla. Se trata de la República Dominicana, que se ha convertido, con diferencia, en la potencia hegemónica de La Española. Sin embargo, los haitianos siguen actuando como si no fuera así y están pagando un alto precio por su ceguera.
Desde 2010, nuestras autoridades no han logrado definir un comportamiento coherente hacia nuestro vecino más cercano, que está tan interesado en nuestros asuntos. Nuestros dirigentes, de todos los sectores y a todos los niveles, son incapaces de definir un proyecto económico, social o político para Haití.
No es casualidad entonces que el presidente Luis Abinader se reúna con las más altas autoridades políticas de su país, incluidos todos los expresidentes, y que en Haití nunca haya tenido lugar una reunión comparable.