RDÉ DIGITAL, ROMA.- Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, arribaron este sábado a la ciudad de Roma para asistir a la misa de inicio de pontificado del nuevo papa León XIV, programada para este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Su llegada marca la participación oficial de la delegación española en un acto de alto valor simbólico para la Iglesia católica y las relaciones diplomáticas bilaterales con la Santa Sede.
La pareja real aterrizó en el aeropuerto romano alrededor de las 18:30 (hora local) y se trasladó directamente a la Plaza de España, donde se encuentra la embajada de España ante la Santa Sede.
Allí fueron recibidos por un grupo de ciudadanos que, entre vítores y muestras de afecto, esperaban su llegada.
El encuentro informal subrayó el interés popular que genera la visita en una jornada con marcado sabor español en Roma.
Además de los reyes, la delegación oficial está compuesta por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños; y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
La ceremonia religiosa de este domingo supondrá el inicio formal del pontificado de León XIV, sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado mes de abril.
Durante la misa, el nuevo pontífice recibirá el anillo del pescador y el palio, símbolos tradicionales de la autoridad papal. Se espera la asistencia de más de 150 delegaciones internacionales.
Este evento se produce pocas semanas después del funeral del papa Francisco, al que también asistieron los reyes Felipe y Letizia.
En esta ocasión, como ocurrió en abril, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha viajado a Roma, aunque el Ejecutivo español ha solicitado oficialmente una audiencia con el nuevo pontífice, a quien también ha invitado a visitar España.
La jornada en Roma también estuvo marcada por la procesión del Jubileo de las Cofradías, que contó con la participación de destacadas hermandades españolas, reforzando el carácter nacional de la celebración religiosa.
