RDÉ DIGITAL, VENEZUELA.- Las elecciones regionales y legislativas de este domingo en Venezuela representan una nueva prueba de fuerza para el chavismo, que aspira a consolidar su hegemonía política e institucional tras más de dos décadas en el poder. Con el control actual de 256 de los 277 escaños del Parlamento y 19 de las 23 gobernaciones, el oficialismo apunta a una victoria total que reafirme su dominio.
El presidente Nicolás Maduro, quien en enero inició un tercer mandato consecutivo tras unas presidenciales cuestionadas por irregularidades, anticipó que el chavismo logrará “una de las más grandes victorias en estos 26 años”. Afirmó además que los comicios enviarán “una gigantesca lección a los violentos” y que la oposición “más nunca volverá al poder político de Venezuela”.
Apuntando al control total.
El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), coalición liderada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), busca hacerse con las 24 gobernaciones —incluyendo el Esequibo, territorio en disputa con Guyana—, además de las asambleas regionales y la Asamblea Nacional.
“Vamos por 24 gobernaciones para seguir transformando, 285 diputados que defenderán la soberanía y 260 legisladores que llevarán la voz del pueblo”, ha declarado la dirigencia oficialista en múltiples actos proselitistas.
Esta ofensiva política se da pese a las denuncias internas y externas sobre la falta de transparencia en los últimos procesos electorales. La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), principal coalición opositora, ha tachado de “fraudulenta” la última reelección de Maduro, mientras el Consejo Nacional Electoral aún no publica los resultados desagregados de esos comicios.
Candidatos de confianza y linaje chavista
El oficialismo ha reservado los principales puestos de elección para figuras cercanas a Maduro, reforzando el mensaje de unidad interna. La primera dama, Cilia Flores, busca repetir como parlamentaria, aunque su rol ha estado centrado en acompañar al presidente en actos oficiales.
También figura Nicolás Maduro Guerra, conocido como “Nicolasito”, hijo del mandatario y actual diputado. Desde la Comisión de Finanzas y la de Reforma Electoral, ha prometido “profundizar la revolución bolivariana” a partir del próximo período legislativo en 2026.
Jorge Rodríguez, actual presidente del Parlamento, lidera la lista de candidatos oficialistas con un llamado a “repudiar a los extremistas” en las urnas. A su lado estará Iris Varela, exministra del Servicio Penitenciario y férrea defensora del chavismo desde sus inicios.
Gobernaciones clave y ambiciones territoriales
Entre los estados en disputa se encuentra Barinas, cuna del expresidente Hugo Chávez, donde Adán Chávez —hermano del líder fallecido— busca recuperar la gobernación para el chavismo. En Táchira, el oficialista Freddy Bernal intentará reelegirse tras aprovechar divisiones opositoras en 2021.
Además, el Gobierno impulsa la elección de un “primer gobernador” para el Esequibo, una región en litigio con Guyana, como señal de reafirmación territorial, pese a la controversia internacional.
Una oposición dispersa
Frente a esta maquinaria electoral, la oposición llega fragmentada y debilitada, con liderazgos perseguidos, inhabilitados o en el exilio. Sin una estrategia unificada, sus posibilidades de revertir el dominio chavista son escasas, lo que alimenta el escepticismo sobre el equilibrio democrático en el país.
Aun así, las elecciones de este domingo serán un termómetro del control real del chavismo en las calles y del grado de participación ciudadana en medio del hartazgo económico y político que atraviesa Venezuela.
En tanto, la comunidad internacional observa con cautela el proceso, a la espera de señales que indiquen si el oficialismo busca consolidar un sistema de partido único o abrir espacio para una transición democrática futura.