RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes tres órdenes ejecutivas dirigidas a revitalizar y expandir el sector nuclear del país, con énfasis en el desarrollo de nuevas tecnologías, el aumento de la producción de combustible y la promoción de exportaciones.
Las medidas, anunciadas durante una ceremonia en la Casa Blanca, apuntan a responder a la creciente demanda energética prevista por el crecimiento de sectores como la inteligencia artificial y la defensa.
Una de las órdenes busca acelerar el desarrollo de reactores modulares pequeños (SMR, por sus siglas en inglés), una tecnología emergente de fisión que, aunque aún no ha sido implementada comercialmente, es vista como una alternativa más flexible y segura frente a las plantas tradicionales.
Además, se anunció la creación de un nuevo puesto de enviado especial para la exportación de tecnología nuclear, junto con directrices al Departamento de Energía para aumentar las capacidades nacionales de enriquecimiento de uranio, en un contexto en el que EE. UU. importa actualmente más de un tercio de su combustible nuclear.
La segunda orden ejecutiva instruye reformas a la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), con el objetivo de eliminar lo que el Gobierno considera trabas burocráticas en el proceso de aprobación de nuevos proyectos. Según la Casa Blanca, la meta es cuadruplicar la producción nuclear del país en los próximos 25 años.
La tercera orden invoca la Ley de Producción de Defensa para facilitar la cooperación entre el Estado y empresas privadas en el aseguramiento del suministro de combustible nuclear, considerado estratégico para la seguridad nacional.
“Estas acciones permitirán pruebas de reactores avanzados en laboratorios nacionales, facilitarán la construcción de nuevas instalaciones en terrenos federales y requerirán a la NRC una emisión más eficiente de licencias”, detalló el comunicado oficial.
El fortalecimiento del sector energético, en particular la energía nuclear, ha sido una de las prioridades marcadas por Trump desde su regreso al poder en enero.
Su administración sostiene que esta fuente es clave para garantizar la independencia energética del país y reducir la dependencia de fuentes fósiles, al tiempo que se mantiene la competitividad frente a potencias como China y Rusia en tecnología avanzada.
La decisión ha generado reacciones divididas en el ámbito político y científico. Mientras sectores industriales y defensores de la innovación tecnológica saludan la iniciativa, organizaciones medioambientales han reiterado preocupaciones sobre la seguridad, el manejo de residuos y los riesgos asociados al impulso de la industria nuclear.