RDÉ DIGITAL NAIROBI.– La crisis global de vivienda ha escalado a un punto crítico. Así lo advirtió este jueves la secretaria ejecutiva de ONU-Hábitat, Anacláudia Rossbach, al inaugurar la segunda sesión de la Asamblea de esta agencia de la ONU en la capital keniana. Según datos oficiales, cerca de 3,000 millones de personas carecen de vivienda adecuada, tierra segura o servicios básicos como agua y saneamiento, una cifra que, de no enfrentarse con urgencia, se convertirá en una emergencia humanitaria sin precedentes.
“Las cifras son alarmantes y el sufrimiento humano que las acompaña lo es aún más”, sostuvo Rossbach. La funcionaria vinculó el agravamiento de la situación a factores estructurales y coyunturales: el cambio climático, la desigualdad creciente y los desplazamientos forzados por conflictos armados.
La Asamblea, que reúne a representantes de 193 Estados miembros, busca culminar los debates iniciados en 2023, especialmente la adopción del plan estratégico 2026-2029, centrado en garantizar el derecho a una vivienda digna y transformaciones urbanas inclusivas.
Impacto económico y social generalizado
Rossbach subrayó que “no hay cuestión más fundamental para la vida que la vivienda”, apuntando a que este derecho es el eje para reducir la pobreza y la exclusión. No obstante, reconoció que las soluciones enfrentan realidades difíciles: falta de financiamiento, presión geopolítica y escasa voluntad política.
“Las instituciones multilaterales están bajo presión creciente, tanto financiera como política”, señaló en referencia implícita a las políticas unilaterales promovidas por potencias como Estados Unidos durante la administración Trump. Esta crítica refleja un llamado al fortalecimiento del multilateralismo como vía esencial para respuestas coordinadas y eficaces.
Desde México, país que preside actualmente la Asamblea, el subsecretario Enrique Javier Ochoa Martínez ratificó ese compromiso. “El multilateralismo es parte integral de nuestra política exterior. “Debemos traducir los debates en acciones tangibles”, afirmó.
Soluciones globales desde el Sur.
Alice Wahome, ministra keniana de Vivienda y Obras Públicas, destacó el carácter estructural del problema: “No es solo infraestructura; es una cuestión de equidad, dignidad y derechos”. Wahome remarcó la necesidad de una acción colectiva e inmediata, adelantando la participación del presidente William Ruto en la clausura del foro.
La Asamblea también abordará la aprobación de directrices internacionales sobre ciudades inteligentes centradas en las personas, buscando soluciones tecnológicas que pongan al ciudadano en el centro del desarrollo urbano.
Como agencia con sede en el sur global, ONU-Hábitat juega un rol estratégico en canalizar los reclamos de las naciones en desarrollo. La presencia de más de 200 representantes gubernamentales, incluidos 39 ministros, refleja la creciente prioridad internacional de una agenda urbana sostenible, justa y equitativa. Frente a un panorama marcado por la urgencia, ONU-Hábitat propone una hoja de ruta concreta, basada en la cooperación, la justicia social y la dignidad humana. Si los compromisos se convierten en acciones, aún es posible evitar que la crisis habitacional se convierta en una catástrofe humanitaria global.