RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Con motivo del Día Mundial del Donante Voluntario de Sangre, que se celebra este sábado 14 de junio, la Cruz Roja Dominicana reiteró su llamado a la ciudadanía a participar activamente en la donación de sangre, destacando que se trata de un procedimiento seguro y con beneficios comprobados para la salud del donante.
El doctor César Matos Moronta, director de la Red Nacional de Bancos de Sangre de la Cruz Roja, afirmó que además de salvar vidas, la donación de sangre tiene efectos positivos sobre el bienestar de quien dona.
“Este es un acto altruista que también aporta al cuidado personal. Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora el flujo sanguíneo, depura los triglicéridos y estimula la producción de nuevas células sanguíneas”, explicó.
Asimismo, señaló que existen evidencias de que la donación frecuente puede contribuir al rejuvenecimiento del organismo, al mejorar la oxigenación y aumentar la capacidad pulmonar.
Matos Moronta recalcó que el proceso está completamente controlado por profesionales de la salud y se inicia con una evaluación médica y pruebas de laboratorio para garantizar que el donante esté en condiciones óptimas.
“La seguridad del donante es una prioridad; no hay razones médicas para temer donar sangre”, indicó.
Cruz Roja busca fortalecer cultura de donar sangre
Como cada año, la Cruz Roja Dominicana impulsa campañas educativas que buscan fortalecer la cultura de la donación voluntaria y desmitificar ideas erróneas.
Este año, su mensaje central es difundido bajo el lema “Sálvame con tu pinta. Dona sangre”, con actividades informativas a través de medios de comunicación y redes sociales.
La Cruz Roja enfatizó la necesidad de garantizar un suministro estable de sangre segura, subrayando que el país aún enfrenta desafíos para cubrir la demanda hospitalaria de sangre y hemoderivados.
La conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre busca agradecer a quienes hacen donaciones voluntarias y concienciar sobre la importancia de donar de manera habitual, un gesto que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.