RDÉ DIGITAL, ECUADOR.– La industria del hidrógeno bajo en emisiones tiene el potencial de transformar la economía energética de América Latina y el Caribe, con inversiones estimadas en US$300,000 millones anuales hacia 2050 y la creación de aproximadamente 350,000 empleos, según revela un informe de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).
El estudio, titulado “Perspectivas del hidrógeno bajo en emisiones en América Latina y el Caribe”, destaca que este vector energético también permitiría exportaciones superiores a 11 millones de toneladas al año, valoradas en más de US$13,000 millones.
Gran demanda de infraestructura energética
Para cumplir con estas metas, se proyecta una capacidad instalada de electrólisis de 200 gigavatios, así como una demanda total de infraestructura eléctrica de 400 gigavatios para abastecer el crecimiento del sector.
Estas cifras surgen del análisis de planes nacionales sobre hidrógeno de distintos países de la región, incluida la República Dominicana, que ya explora marcos normativos para desarrollar el hidrógeno verde como fuente energética estratégica.
La Olade insiste en que el éxito de esta industria requerirá grandes inversiones en infraestructura y generación eléctrica, además de cooperación regional para ejecutar proyectos con impacto internacional.
Un camino hacia la transición energética y la exportación global
El hidrógeno bajo en emisiones representa una oportunidad clave para la transición energética regional, al permitir una matriz energética más limpia, sostenible y competitiva.
Según la Olade, se trata de una industria con alto valor estratégico, no solo por su aporte a la descarbonización, sino también por su potencial para insertar a la región en los mercados energéticos internacionales.
Sobre la Olade
La Organización Latinoamericana de Energía (Olade), con sede en Quito, Ecuador, es un organismo público intergubernamental que promueve la cooperación y desarrollo energético entre sus 27 Estados miembros, incluyendo países como Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y República Dominicana.
Su labor técnica y estratégica busca fortalecer las capacidades regionales para un desarrollo energético más sostenible, eficiente y justo.