RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que revoca parcialmente las sanciones impuestas a Siria, en un giro significativo a la política exterior estadounidense en Medio Oriente.
La medida entra en vigor este martes y tiene como objetivo facilitar la reconstrucción del país árabe y promover una nueva fase de relaciones diplomáticas con Damasco.
Según un comunicado oficial, la orden permitirá flexibilizar los controles de exportación de ciertos bienes y eliminar restricciones a determinadas formas de asistencia extranjera.
Sin embargo, mantiene vigentes las sanciones contra Bashar al-Assad, el depuesto presidente sirio, así como contra sus aliados, violadores de derechos humanos, narcotraficantes, implicados en el uso de armas químicas, grupos vinculados a ISIS, y actores iraníes presentes en la región.
La decisión la anunció Trump en mayo durante el Foro de Inversiones en Arabia Saudí, y formalizada tras su reunión con el presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, durante una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
Este encuentro representó la primera reunión directa entre líderes de ambos países en más de dos décadas.
El nuevo mandatario sirio, exlíder del Frente al Nusra —una antigua filial de Al Qaeda— y exdetenido en Irak por las fuerzas estadounidenses, ha sido objeto de atención internacional tras asumir el poder tras la caída del régimen de Al Assad.
Pese a su pasado militante, Estados Unidos ha mantenido contactos con su gobierno, argumentando que su rol en la lucha contra ISIS y su nueva orientación política justifican una oportunidad de reintegración en el escenario internacional.
Medida sobre sanciones es “una ventana diplomática”
El embajador de EE. UU. en Turquía, Thomas Barrack, calificó la medida como una “ventana diplomática” sin precedentes y destacó que el enfoque del Gobierno estadounidense es pragmático: apoyar la reconstrucción de Siria sin fortalecer a actores considerados hostiles.
“Esto abre una oportunidad única para redefinir nuestra relación con Siria y para incluir a grupos como los kurdos en una solución duradera”, declaró Barrack en una conferencia telefónica con periodistas.
La decisión genera opiniones divididas tanto en Washington como entre los aliados internacionales de EE. UU.
Mientras algunos sectores ven la orden como un paso hacia la estabilidad en la región, otros advierten sobre los riesgos de legitimar a figuras con antecedentes cuestionables en materia de derechos humanos y vínculos extremistas.