RDÉ DIGITAL, VATICANO.- El papa León XIV hizo un llamado este jueves a renovar el compromiso de la sociedad y de la Iglesia con los adultos mayores, a quienes definió como “primeros testigos de esperanza”, exhortando a liberarles de la soledad y el abandono.
En un mensaje con motivo de la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebrará el 27 de julio próximo, el pontífice destacó la importancia de generar un cambio social que recupere la estima y el afecto hacia las personas mayores, especialmente en el marco del Año Jubilar de 2025.
“Estamos llamados a vivir con ellos una liberación, sobre todo de la soledad y del abandono. Este es el momento propicio para hacerlo”, señaló León XIV, en un mensaje difundido por el Vaticano.
El papa —de origen estadounidense y peruano— insistió en que la creciente población de adultos mayores no debe verse como una carga, sino como una oportunidad para releer los signos de los tiempos y valorar su papel en la construcción de una sociedad más humana.
Citó como ejemplo el legado de fe, perseverancia y compromiso cívico transmitido por generaciones anteriores: “Nuestros abuelos son muchas veces ejemplo de virtudes que la sociedad actual necesita recuperar”.
Mensaje Papa León XIV
En su mensaje, León XIV también subrayó el valor del intercambio intergeneracional, al afirmar que “la fragilidad de los ancianos necesita del vigor de los jóvenes, pero también la inexperiencia de los jóvenes se enriquece con el testimonio de los mayores”.
El pontífice pidió a parroquias, comunidades y organizaciones eclesiales que fortalezcan las redes de apoyo para los ancianos y promuevan una “revolución de la gratitud y el cuidado”, a través de visitas, acompañamiento espiritual y vínculos significativos.
Además, recordó que quienes no puedan peregrinar a Roma durante el Jubileo podrán obtener la indulgencia jubilar visitando a personas mayores solas, considerándolo un acto de fe y encuentro con Cristo.
Finalmente, destacó que en la Biblia son numerosas las figuras de edad avanzada a las que Dios confió misiones clave —como Abraham, Moisés y Zacarías— subrayando que “a los ojos de Dios, la ancianidad es un tiempo de bendición y gracia”.
