RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El pasado 9 de enero, seis miembros del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano presentaron sus renuncias, desencadenando una serie de eventos que han generado controversia en el seno de la organización deportiva.
Los renunciantes, José Manuel Ramos, Radhamés Tavarez, Irina Pérez, Jorge Blas Díaz, Juan Núñez y Francis Soto, argumentaron que sus dimisiones estaban destinadas a forzar nuevas elecciones, en concordancia con lo que interpretaban de los estatutos del organismo.
Sin embargo, lo que no anticiparon fue la intervención de Luisín Mejía, miembro del COI, cuya inclusión en la lista de miembros a considerar según los reglamentos internacionales, invalidó la necesidad de nuevas elecciones y en su lugar requirió la selección de sustitutos para los renunciantes.
La maniobra de este grupo de seis miembros buscaba destituir al presidente del Comité Olímpico Dominicano, Gary Bautista, y al secretario general, Luis Chanlatte, apenas un año y un mes después de haber sido elegidos para sus cargos.
Tras el fracaso de este intento, dos de los renunciantes solicitaron regresar al comité ejecutivo y fueron readmitidos. Sin embargo, días después, los otros cuatro también solicitaron su reincorporación, lo que ha generado un debate sobre la cohesión y la estabilidad del comité.
La situación ha dejado perplejos a muchos observadores, quienes cuestionan cómo podría funcionar efectivamente el comité ejecutivo después de los acontecimientos ocurridos en el 2024. Además, se ha expresado confusión sobre la posibilidad de que los renunciantes, tras alegar sus motivos y descalificar a sus colegas, vuelvan a ocupar sus anteriores posiciones con la intención de cambiar las circunstancias a su favor en el futuro.