RDE DIGITAL, WASHINGTON.- El discurso permanente del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump ha hecho variar y endurecer las políticas migratorias del actual mandatario Joe Biden, como el hecho de recortar el sistema de asilo y redoblar las devoluciones en caliente de migrantes.
Esta ha sido una antigua demanda de los republicanos que ha tomado el partido demócrata, a cambio de que el Congreso apruebe nueva ayuda militar a Ucrania.
Mientras la Casa Blanca trata de dar un giro en la política migratoria, los adeptos de Trump dicen que no es suficiente, y tampoco se muestran dispuestos a dar concesiones a Biden cuando faltan nueves meses para las elecciones de noviembre.
Biden ha prometido convertir a los Estados Unidos en un país seguro para refugiados y solicitantes de asilo, así como dar un status legal a los mas de 11 millones de indocumentados que viven en los Estados Unidos.
Los legisladores republicanos afirman que el presidente ya tiene toda la autoridad que necesita para frenar la llegada de migrantes a través de la frontera sur del país. Esto mientras un acuerdo bipartidista que negoció el mandatario con los senadores para expandir sus facultades está cerca de sufrir un revés en el Congreso.
La realidad sobre la autoridad de Biden para controlar la inmigración es mucho más complicada.
Sin cambios en las leyes de inmigración o fondos adicionales para gestionar el creciente número de migrantes que se presentan en la frontera sur, no hay mucho que el presidente pueda intentar y que pueda tener éxito, tal como ocurrió con sus predecesores.
“El presidente Biden necesita que el Congreso sea capaz de abordar la situación en la frontera”, dijo Kathleen Bush-Joseph, abogada y analista política en el Migration Policy Institute (Instituto de Política de Migración), un grupo apartidista. “Así de simple”.
