RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Los ánimos están agitados en el mercado ubicado en la avenida Francisco del Rosario Sánchez, justo al lado del barrio Los Guandules, donde comerciantes y compradores alzan la voz ante los elevados precios de artículos de primera necesidad.
Felicia Romano, con 38 años de experiencia vendiendo pollos en el lugar, expresó su preocupación: “Los precios están por las nubes, no se puede aguantar más y la venta por el suelo”. Anteriormente, vendía 200 libras diarias, pero ahora apenas llega a 60 libras, con la mayoría de sus vecinos comerciantes enfrentando circunstancias similares.
Romano hizo un llamado al Gobierno para que brinde apoyo, señalando que muchos pequeños negocios están al borde de la desaparición. “Vamos a desaparecer”, advirtió, lamentando que incluso algunos comerciantes han tenido que alquilar sus puestos a extranjeros haitianos debido a las pérdidas.
Pedro y Carmen, vendedores de verduras y vegetales desde hace una década, también han sentido el golpe de los altos precios. Con ocho hijos a cargo, luchan por mantener su negocio a flote, adaptándose al aumento de precios y enfrentando pérdidas que a veces superan sus ganancias.
La situación se refleja incluso en productos básicos como los huevos, según Elías Piña, quien ahora vende tres huevos por 20 pesos, cuando antes uno costaba solo cinco pesos.
Los compradores tampoco escapan de las dificultades. Antonia García lamentó que todo ha subido de precio, haciendo difícil incluso adquirir productos básicos como las habichuelas, que ahora alcanzan precios de hasta RD$80.
A pesar de las dificultades, algunos como Tecla Mateo Contreras, optan por resignarse y adaptarse a la situación. “La cosa está cara, pero por lo menos uno encuentra el peso para comer”, comentó.
Mientras tanto, la comunidad se ve dividida entre aquellos que pueden darse el lujo de buscar precios más económicos en otros lugares y quienes, como García, se ven obligados a enfrentar los altos precios debido a la proximidad del mercado a sus hogares.
En medio de esta realidad, la preocupación crece entre los comerciantes y compradores, quienes ven cómo día a día se hace más difícil hacer frente a los desafíos económicos que afectan su vida diaria.