RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El arroz, un cultivo fundamental para República Dominicana, no solo representa un componente vital en la dieta diaria de los dominicanos, sino que también es considerado un producto político debido a su impacto social y económico en el país.
Con una producción anual que ronda los 13.9 millones de quintales en los últimos cinco años, República Dominicana se mantiene autosuficiente en el cultivo de arroz. Sin embargo, el consumo interno, que promedia los 14.3 millones de quintales al año, ha aumentado a un ritmo más acelerado que la producción en los últimos años, lo que ha llevado a la importación de arroz bajo la cuota establecida en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta).
Para el año 2025, el DR-Cafta prevé la desgravación arancelaria para algunos productos, lo que representa un desafío para los productores dominicanos, ya que podría hacer que importar arroz sea más económico que producirlo localmente.
En cuanto a las variedades de arroz más consumidas, destacan la Juma 69-20 y la Lucero de la Productora de Semillas Quisqueya (Prosequisa), ambas reconocidas por su rendimiento y aceptación entre los consumidores.
El sector arrocero enfrenta diversos desafíos, incluida la disminución de las áreas sembradas debido a la migración de los productores hacia otros cultivos más rentables, como la yuca o el plátano. Además, los efectos del cambio climático, como la sequía, han afectado la producción en algunas zonas del país.
La tecnificación en el sector agrícola, si bien mejora la competitividad, también ha reducido la demanda de mano de obra, lo que afecta a las comunidades campesinas. A pesar de esto, se espera que la cosecha de arroz del año en curso sea favorable, gracias a las buenas condiciones climáticas y a los embalses llenos.
El precio del arroz está sujeto a la oferta y la demanda, y es regulado por la Comisión Nacional Arrocera. Sin embargo, los precios han aumentado significativamente en los últimos años, lo que ha generado preocupación entre los consumidores.
En resumen, el arroz no solo es un alimento básico en República Dominicana, sino también un pilar fundamental en su economía y política. Su producción, consumo y comercio son elementos clave que requieren una atención constante por parte de las autoridades y los actores del sector agrícola para garantizar su sostenibilidad y disponibilidad en el país.