RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Durante la Semana Santa 2022, Las Terrenas, un municipio en la provincia de Samaná, fue testigo de una situación alarmante. Más allá de ser un destino turístico para el esparcimiento y el descanso, esta localidad se vio invadida por un mar de basura y desorden, dejando en evidencia la falta de conciencia ambiental de algunos visitantes.
Videos que circulan en las redes sociales muestran cómo parques, playas, calles y avenidas fueron convertidos en vertederos improvisados, con botellas vacías de alcohol, vasos plásticos, cajas rotas y otros desechos desparramados por doquier. Este lamentable espectáculo pone de manifiesto una realidad preocupante: la contaminación ambiental está presente en nuestras vidas de manera más palpable de lo que quisiéramos admitir.
La situación en Las Terrenas durante la Semana Santa es solo un ejemplo de un problema mucho más amplio que enfrentamos como sociedad: la contaminación en todas sus formas y manifestaciones. Desde la polución urbana hasta la contaminación hogareña, estamos rodeados de amenazas ambientales que afectan nuestra calidad de vida y el futuro del planeta.
Para abordar esta problemática, es fundamental entender sus causas y consecuencias. Según el ambientalista y docente Luis Carvajal, la contaminación en República Dominicana se manifiesta principalmente a través de la acumulación de desechos en vertederos improvisados, la contaminación urbana y la falta de regulación en el manejo de residuos sólidos.
La solución a este problema no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Carvajal destaca la importancia de la educación como herramienta fundamental para cambiar nuestra relación con el medio ambiente. La concienciación y la capacitación son clave para que cada individuo se convierta en un agente de cambio y contribuya a la preservación del entorno natural.
La contaminación ambiental es un tema recurrente en conversaciones y medios de comunicación, pero ¿realmente comprendemos su impacto en nuestras vidas y cómo podemos mitigarlo? Para profundizar en esta problemática y proponer soluciones desde los hogares dominicanos, Luis Carvajal, ambientalista y docente, compartió su perspectiva sobre la situación en el país.
Destaca que una de las formas más visibles de contaminación es la polución urbana, originada por desechos tanto domésticos como industriales. Además, señala la existencia de una contaminación hogareña, menos discutida pero igualmente preocupante, donde artículos cotidianos pueden ser emisores de sustancias nocivas para la salud.
Entre estos productos peligrosos, menciona cerca de 300 artículos comunes en salones de belleza y tiendas de estética, implicando riesgos dermatológicos y metabólicos. A pesar de esto, la falta de regulación y educación por parte de las autoridades de Salud Pública y Medio Ambiente agrava la situación.
El mayor desafío en República Dominicana radica en la gestión de los desechos sólidos, con una política poco definida que resulta en vertederos saturados. Además, lamenta la ausencia de una estrategia clara para abordar este problema, subrayando la urgencia de implementar medidas efectivas.
Si bien la contaminación puede clasificarse por sus impactos en el ecosistema, enfatiza que el verdadero problema reside en la acción de la sociedad para enfrentarla y regularla. Propone fortalecer los sistemas de gestión ambiental, involucrando al Ministerio de Salud Pública, los Ayuntamientos y otras entidades para prevenir y mitigar los efectos nocivos.
El experto destaca la educación como herramienta fundamental para abordar la contaminación ambiental. Sugiere que cada individuo asuma un papel activo en la protección del medio ambiente, ejerciendo presión social para impulsar políticas y decisiones que promuevan la sostenibilidad.
En este sentido, propone una educación integral que fomente la conciencia ambiental desde temprana edad, capacitando a la ciudadanía para comprender y gestionar los procesos ambientales de manera responsable.
En última instancia, Carvajal insta a la sociedad a reconocer la importancia de cambiar su relación con la naturaleza y convertirse en agentes de cambio. Solo mediante la concientización, la organización y la acción colectiva, podemos resistir y revertir el rumbo hacia una degradación ambiental irreversible. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros para proteger nuestro planeta y asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
Es necesario promover una educación ambiental integral que abarque desde la gestión de residuos hasta la comprensión de las dinámicas ecológicas. Solo así podremos generar una ciudadanía ambientalmente responsable, capaz de tomar decisiones informadas y actuar en consecuencia.
En última instancia, debemos entender que la contaminación y la degradación ambiental son resultado de nuestra relación con la naturaleza. Si queremos revertir esta situación, debemos tomar medidas concretas, organizarnos como sociedad y resistir al rumbo destructivo que estamos siguiendo. El cambio comienza con cada uno de nosotros, y juntos podemos construir un futuro más limpio y sostenible para las generaciones venideras.