RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS (AFP).- “De vuelta a lo Oscuro”, (Back to black, en inglés) la reciente película biográfica sobre la carrera y vida de la cantante británica Amy Winehouse, se estrena en los cines el viernes en Reino Unido, acompañada de cierta polémica y algunas críticas.
Ed Potton, del periódico The Times, encontró la película “un poco superficial”, y aunque elogió los esfuerzos de Marisa Abela, la actriz que interpreta a la estrella, por cantar como Amy Winehouse, dijo que no está a la altura de su voz inigualable.
Para Peter Hoskin del Daily Mail, la película no logra capturar el “genio rebelde” de la cantante.
“Es preferible escuchar ‘De vuelta a lo Oscuro’, el álbum o la canción, y recordar qué hizo a Amy una estrella”, afirmó. Zach Schonfeld señaló en The Guardian que este tipo de películas biográficas “siguen siendo lucrativas”.
“Es casi imposible encontrar una razón genuina para hacer una película sobre Winehouse, a menos que sea motivada por la avaricia”, escribió la periodista especializada en música Roisin O’Connor, hija de la cantante Sinead O’Connor, en el diario The Independent.
Amy Winehouse, que falleció por una sobredosis de alcohol en 2011 a los 27 años, dejó su marca en el mundo de la música con su voz ronca y emotiva, sus letras íntimas y poderosas y un estilo único, inspirado en los años 50, con su característico moño y sus múltiples tatuajes.
En 2006, su segundo álbum “De vuelta a lo Oscuro”, premiado con un Grammy en Estados Unidos, la catapultó al estrellato, impulsado por su éxito “Rehab”, donde la londinense narraba su lucha contra las adicciones.
La película biográfica de la directora británica Sam Taylor-Johnson, conocida por “Cincuenta sombras de Grey”, es la segunda película dedicada a la cantante tras el documental ganador del Oscar de Asif Kapadia, “Amy”, en 2015, que fue criticado por la familia Winehouse.
Ese filme, el segundo documental más taquillero de la historia en Reino Unido, se centraba demasiado en los aspectos negativos de la vida de la estrella, según el padre de la cantante.
El padre de Amy Winehouse asistió el lunes al estreno de la película en Londres junto a su exesposa, Janis, aunque la directora Sam Taylor-Johnson afirmó que la familia de la cantante no había colaborado.
“Era importante reunirme con ellos por respeto”, explicó al sitio web especializado en cine Empire, “pero no podían influir en el contenido ni decirme qué debía filmar”. La cineasta apuntó que buscó “la verdad” sobre la vida de Amy Winehouse.
“Amy amaba a su padre, independientemente de lo que hiciera, bueno o malo”, explicó la directora del filme.
El actor Eddie Marsan, que interpreta a Mitch Winehouse, padre de la cantante, dijo que trató de evitar caer en la “fácil” posición de “culpar a alguien” por la muerte de la artista, ya sea su padre o su exmarido, Blake Fielder-Civil.
“Si los espectadores sienten que Amy no debería haber confiado en tal o cual persona, están en su derecho (…) pero los únicos negativos en nuestra historia son las adicciones y los paparazzi. No le decimos a la gente lo que tiene que pensar”, declaró.
Pese a ciertas críticas, la película promete ser un éxito debido al aura que rodea a la cantante, aunque hayan pasado ya casi quince años desde su muerte, y también debido a la atracción que despiertan los filmes biográficos musicales, casi siempre lucrativos, independientemente de su calidad.
Sobre la película
Los sentimientos que más duelen –describe Fernando Pessoa en El libro del desasosiego– son los absurdos: el ansia de cosas imposibles, el deseo de lo que podría haber sido. “Todos estos matices de la conciencia del alma que crean en nosotros un paisaje dolorido, un eterno ocaso de lo que somos”. El autor portugués sabía que nunca es fácil adentrarse en los oscuros laberintos del corazón para explorar un paisaje cargado con el desarraigo del desamor. Esa historia de poética angustia y vulnerabilidad es la que elige representar Back To Black, la película sobre la recordada Amy Winehouse.
La vida de la joven de clase media que llevó el espíritu del R&B a lo más alto de las listas de ventas se puede resumir en los lugares comunes de una biopic tradicional de músicos: ascenso meteórico, fama, dinero, excesos, corazones rotos y tragedia. La estrella que se apagó demasiado pronto, la voz que se perdió para siempre y se unió al fatídico “Club de los 27″, la edad mortal para Kurt Cobain, Jim Morrison, Janis Joplin y Jimi Hendrix, entre otros artistas de enorme talento y singular sensibilidad.
Para algunos fanáticos, que expresaron su descontento en redes sociales, Back To Black -que llega este jueves 11 de abril a los cines argentinos-, de la directora Sam Taylor-Johnson, es un intento desalmado por explotar la figura de Amy Winehouse. El enojo empezó cuando se dieron a conocer las primeras imágenes de Marisa Abela encarnando a Winehouse en sus peores años: consumida por algo más que sustancias tóxicas. Para algunos, la película no estaba muy lejos de lo que sucedía con los papparazi que, en lugar de ayudar a una chica que literalmente pierde el equilibrio y cae, se regodeaban con la imagen de una estrella que está en el suelo.
No es la primera vez que el cine intenta capturar la oscuridad de esa vida atormentada. Cuando ganó el Oscar por Amy (2015), el documental que muestra la explotación y falta de contención que sufrió Winehouse, el director Asif Kapadia dijo: “Quería mostrarle al mundo quién era ella realmente. No era una persona de los medios sensacionalistas; era una chica hermosa, divertida, inteligente, ingeniosa, especial. Alguien que necesitaba cuidado”. No todos quedaron contentos con el documental: Mitch Winehouse, el padre, fue uno de los mayores críticos de la película.
Kapadia, que también había tenido éxito con un documental sobre la vida de Ayrton Senna, descubrió lo complicado que es intentar retratar los claroscuros de cualquier ídolo sin herir susceptibilidades. Cuando se estrenó Diego Maradona (2019), el documental sobre la vida del Diez, el mismísimo Diego se encargó de atacar la película cuando se enteró que el eslogan lo pintaba como un “rebelde, héroe, estafador y Dios”: “No vayan a verla. Yo jugué al fútbol, no estafé a nadie. Si ellos quieren atraer al público, me parece que están equivocados”.
En las biopics sobre músicos la ficción se suele confundir con los hechos, aunque no necesariamente sean más o menos manipuladoras que un documental. Hollywood descubrió que había una mina de oro por explotar cuando Bohemian Rhapsody, sobre la banda británica Queen, llenó las salas de todo el mundo, en 2018 . Fue un suceso que nadie había previsto, nacido de una producción turbulenta que se quedó sin director cuando todavía la estaban filmando.
Sacando las películas de superhéroes, secuelas y franquicias, fue la película más taquillera de la década pasada. Meses después del estreno, Bohemian Rhapsody seguía copando las salas, incluso agregando funciones para que el público pudiera cantar acompañando las melodías de Queen.
Pero esa no fue la primera biopic musical, un género que cada tanto encandila a Hollywood y las masas. En 1942 se estrenó Triunfo supremo, la vida del padre de Broadway, George M. Cohan, un relato que reavivó el espíritu de una nación alicaída por la guerra. Cuando James Cagney ganó el Oscar, nació otra tradición: los actores que son galardonados por convertirse en otros artistas.
Jamie Foxx ganó por Ray (2004), la vida del compositor y pianista Ray Charles. Marion Cotillard fue ovacionada por mimetizarse como Édith Piaf en La vie en rose (2007).