RD DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Para atraer a 20 millones de visitantes a un destino turístico en constante crecimiento como la República Dominicana, es esencial realizar significativas inversiones. Estas inversiones permitirán mantener una oferta variada, desarrollar nuevos polos turísticos y construir o actualizar complejos hoteleros. La Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) subraya que, aunque el sector ha alcanzado un dinamismo interno y un posicionamiento internacional, es crucial mantener las exenciones fiscales ante el actual escenario de reformas.
El presidente de Asonahores, David Llibre, advierte que la eliminación del Consejo de Fomento Turístico (Confotur) podría reducir la inversión extranjera directa en el sector hasta en un 50 %, equivalentes a 7,000 millones de dólares menos en ingresos por divisas. “Entendemos que el Gobierno necesita desarrollar los bienes y la infraestructura, pero eliminar la ley de competitividad restaría ingresos al Estado”, expresó Llibre.
Una disminución en la inversión extranjera hotelera afectaría la oferta de habitaciones, lo que podría reducir la llegada de turistas en un 30 %. Además, esto comprometería alrededor de 780 millones de dólares en recaudaciones estatales y reduciría el Producto Interno Bruto (PIB) nominal del sector en 4,000 millones de dólares a largo plazo.
Simón Suárez, pasado presidente de Asonahores, destacó el caso de Puerto Plata como ejemplo de cómo la falta de incentivos puede paralizar el desarrollo turístico. Desde que se eliminaron las exenciones, la provincia pasó de recibir el 34 % del total de turistas extranjeros en 1996 a solo el 5 % en 2023. Suárez enfatizó que el turismo no tiene los mismos límites que otras industrias y requiere apoyo para seguir creciendo.
Llibre también mencionó que, para cada dos millones de turistas adicionales que se buscan atraer, se necesitarían aproximadamente 5,600 millones de dólares en inversión extranjera. Actualmente, el costo de entrar al mercado dominicano y el costo de construcción son más altos que en otros destinos competidores.
La incertidumbre generada por reformas estructurales ha detenido varios proyectos. Aguie Lendor, vicepresidenta de Asonahores, señaló que un proyecto hotelero puede tardar hasta cuatro años en entrar en operación. La crisis reputacional del sector en 2019 y la pandemia de COVID-19 también han ralentizado el crecimiento de nuevos proyectos.
Los hoteleros insisten en la necesidad de un plan de ordenamiento territorial que garantice un crecimiento regulado de los hoteles en el país. Este plan debe considerar el impacto en las comunidades y los recursos naturales. La ley 368-22, aprobada en 2022, establece lineamientos sobre el uso del suelo costero-marino para fines turísticos.