RDÉ DIGITAL, VENEZUELA (EFE).- María Corina Machado ha cumplido su primer año como líder de la oposición en Venezuela, encabezando la coalición antichavista frente a una serie de obstáculos y ataques que ha logrado sortear con agilidad y estrategias inesperadas.
Desde que fue elegida como candidata presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) en las primarias del 22 de octubre de 2023, donde obtuvo 2,3 millones de votos, Machado ha navegado un panorama político complejo, marcado por su inhabilitación para competir en las elecciones presidenciales de julio de 2024.
A pesar de esta inhabilitación, que le impide postularse hasta 2036, Machado sorprendió a muchos al no abandonar la ruta electoral, apoyando al diplomático Edmundo González Urrutia como candidato presidencial. Esta decisión reafirmó su capacidad para reinventar el escenario político y mantener el liderazgo opositor en un contexto de persecución estatal.
Un año de obstáculos y maniobras políticas
El veto impuesto a Machado no frenó su popularidad, que sigue en ascenso. A lo largo del año, la exdiputada ha encabezado multitudinarios actos en todo el país en apoyo a González Urrutia, quien se presentó como el candidato de la oposición unificada.
En estos actos, Machado ha logrado congregar más seguidores que cualquier otro dirigente de la PUD, lo que ha reafirmado su rol como la principal figura de la oposición venezolana.
Ante la desconfianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo, Machado y su equipo llevaron a cabo un trabajo secreto para recabar actas de votación que, según ella, demuestran que González Urrutia ganó las elecciones con más del doble de votos que Nicolás Maduro.
El Gobierno ha desestimado estas actas como falsas, pero el CNE aún no ha presentado pruebas del resultado oficial, lo que ha intensificado las acusaciones de fraude.
Reconocimiento internacional y clandestinidad
A pesar de las amenazas y acusaciones del chavismo, que la acusa de liderar planes terroristas, Machado ha recibido apoyo y reconocimientos a nivel internacional, incluido el Premio Václav Havel de Derechos Humanos del Consejo de Europa por su defensa de la democracia.
Desde la clandestinidad, donde se encuentra debido a la creciente represión contra la oposición, Machado ha reiterado su compromiso de continuar la lucha «hasta el final» contra el régimen chavista.