RDÉ DIGITAL, LONDRES.- El cineasta Tim Burton, reconocido director de películas como «Batman», «Mars Attack!» y «Eduardo Manostijeras», compartió este miércoles su experiencia de sentirse extraño y diferente en su infancia, una sensación que ha influido en su obra a lo largo de los años. «Muchos niños crecen sintiéndose raros, y si creces así, eso nunca te abandona». Esas cosas se quedan en tu ADN», expresó durante una mesa redonda en el Museo del Diseño de Londres para la inauguración de la exposición «El Mundo de Tim Burton».
La exposición, que estará disponible hasta el 21 de abril, exhibe 600 piezas, incluyendo el icónico vestido de Michelle Pfeiffer como Catwoman en «Batman» y el de Christina Ricci en «Sleepy Hollow».
A pesar de sus dudas iniciales sobre mostrar esta exposición itinerante, que ha recorrido 11 países durante una década, Burton decidió que Londres sería el lugar para concluir su periplo. La exhibición, que abre sus puertas este jueves, ha establecido un récord de ventas anticipadas en los 35 años del museo, con más de 32,000 entradas vendidas.
Para Burton, la exposición «no va tanto sobre el arte, sino sobre el proceso», una parte que considera fundamental y que encuentra sumamente bella. «Dibujar para mí es una forma de expresarme». Me encanta dibujar, y representa algo muy importante para mí, algo terapéutico», afirmó. Destacó su película «Pesadilla antes de Navidad» como una de sus obras más personales, junto a «Ed Wood» y «Eduardo Manostijeras».
El director reflexionó sobre su infancia en Burbank, en los suburbios de Los Ángeles, donde factores como vivir cerca de un cementerio y su amor por las películas de terror influyeron en su fascinación por lo sobrenatural. «Hay muchos horrores» en esa experiencia, comentó.
Burton admitió que nunca piensa en los espectadores cuando escribe y consideró que el nivel de libertad que tuvo al realizar «Batman» sería difícil de replicar en la actualidad. A pesar de su trabajo con tecnología avanzada, se identifica como un «tecnófobo» que prefiere el método artesanal del «stop motion».
El cineasta también expresó su inquietud por las imágenes generadas por inteligencia artificial de personajes de Disney en su estilo característico. «Sentí como si alguien me hubiese robado el alma. Fue un sentimiento muy raro», confesó.
