RDÉ DIGITAL, HAITÍ (EFE).- El reconocido activista político y defensor de los derechos humanos keniano Boniface Mwangi fue detenido este domingo en Nairobi por agentes de policía de paisano, enfrentando cargos de incitación a la violencia.
La confirmación de su arresto llegó a través de su esposa, Njeri Mwangi, quien informó en la red social X que su esposo fue llevado de manera forzosa a las 7:15 de la mañana (04:15 GMT) por seis personas no uniformadas desde su hogar. «No tengo ni idea de quién, por qué o dónde se lo han llevado», expresó Njeri Mwangi en su publicación.
La noticia de su detención desató un fuerte rechazo en redes sociales, donde ciudadanos, activistas y organizaciones de derechos humanos condenaron la acción.
La ONG Defenders Coalition, enfocada en la protección de activistas en Kenia, confirmó posteriormente que Mwangi se encuentra detenido en la comisaría del barrio de Kamukunji, cerca del centro de la capital.
Los cargos en su contra surgen días después de que Mwangi convocara a los kenianos a participar en una maratón pacífica en Nairobi, programada para este domingo, con el fin de exigir la dimisión del presidente William Ruto y abordar otras demandas sociales. Mwangi es conocido por ser un crítico abierto del gobierno y ha sido arrestado en múltiples ocasiones a lo largo de su carrera como activista.
Esta detención se produce en un contexto de tensión política en Kenia, tras las protestas masivas que sacudieron el país entre junio y agosto, donde al menos 61 personas perdieron la vida a causa de la represión policial, según informes de Amnistía Internacional y otras organizaciones. El gobierno, sin embargo, reportó un saldo de 42 fallecidos.
Las manifestaciones, que comenzaron el 18 de junio, fueron impulsadas por un polémico proyecto de ley que implicaba aumentos fiscales, y se convirtieron en la crisis más significativa para el presidente Ruto desde su asunción en septiembre de 2022.
A pesar de que Kenia es un aliado cercano de Occidente y una de las economías de más rápido crecimiento en África, persisten marcadas desigualdades, con un tercio de la población sobreviviendo con menos de dos dólares al día, según el Banco Mundial.
La detención de Mwangi ha reavivado preocupaciones sobre la libertad de expresión y los derechos humanos en el país, en un momento en que los ciudadanos demandan cambios significativos en la gobernanza y la justicia social.
