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noviembre 20, 2024
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Tecnología

Recrean mecanismo del primer computador mecánico del mundo

RDÉ DIGITAL, MÉXICO.- Un equipo de científicos y académicos de la Universidad de Sonora, en el noroeste de México, ha logrado recrear el mecanismo de Anticitera, el primer computador mecánico conocido, que estuvo sumergido durante más de 2,000 años en el mar Mediterráneo. Este artefacto antiguo, considerado como una de las máquinas más complejas de su época, permitía predecir eclipses, calcular posiciones astronómicas y registrar con precisión los días del año, destacando por su avanzada ingeniería para el siglo II a.C.

Raúl Pérez Enríquez, profesor e investigador de la Universidad de Sonora, describió la importancia del mecanismo como una ventana al entendimiento del universo en la antigua Grecia. “Estamos hablando de un artefacto construido entre 150 y 100 años antes de Cristo. Representa una visión del cosmos con la Tierra en el centro y los planetas girando a su alrededor, todo dentro de un contexto astronómico único para esa época”, señaló Pérez Enríquez en entrevista con EFE.

El “mecanismo de Anticitera” fue descubierto en 1901 por buceadores griegos cerca de la isla de Antikythera, en el fondo del mar, y se estima que fue creado en el siglo II a.C. Este artefacto, compuesto por una serie de engranajes y piezas metálicas, se encontraba en ruinas, rodeado de corales y algas, lo que dificultó su estudio inicial. Con el tiempo, investigadores de todo el mundo se han dedicado a desentrañar sus secretos, y en 2008, un estudio de tomografía computarizada reveló más detalles sobre su funcionamiento.

La réplica construida en la Universidad de Sonora no solo ha permitido dar un paso más en la comprensión de este artefacto, sino que también se distingue por su tamaño monumental. Mientras que el mecanismo original tiene un tamaño similar al de una caja de zapatos (34 cm de ancho, 18 cm de profundidad y 9 cm de altura), la réplica construida en Sonora mide más de tres metros de altura. Esta diferencia de escala permite una mayor facilidad para el estudio y la comprensión de sus complejos engranajes.

El doctor Julio Saucedo Morales, parte del equipo de recreación, explicó las principales diferencias entre la versión original y la réplica. “Los engranajes del mecanismo original son extremadamente pequeños, algunos de los cuales no superan el tamaño de la palma de la mano. Para la réplica, tomamos todos los datos sobre el número de engranajes, sus dientes y diámetros, y los escalamos para que fueran hasta 10 o 100 veces más grandes en volumen y masa”, comentó Saucedo.

El proceso de restauración y recreación ha sido un trabajo colaborativo entre científicos de México, Grecia y Sonora, utilizando tecnología de punta, como rayos X y tomografía computarizada, para escanear los fragmentos del mecanismo original y recrear sus partes faltantes. El profesor Ezequiel Rodríguez Jauregui destacó que este proyecto ha logrado restaurar gran parte del mecanismo y confirmar que se trataba de una máquina capaz de predecir eclipses, los Juegos Olímpicos y servir como un planetario. “A través de los estudios, logramos leer gran parte del manual de funcionamiento del dispositivo, lo que nos permitió entender cómo operaba”, dijo Rodríguez Jauregui.

Uno de los avances más significativos de la investigación fue la construcción de la réplica funcional del mecanismo, una de las pocas en el mundo. Esta versión monumental no solo ha sido replicada con precisión, sino que ha sido diseñada para ser funcional y útil en el estudio de la ciencia y la tecnología antiguas. La réplica, ahora expuesta en la Universidad de Sonora, se ha convertido en un valioso recurso para científicos de todo el mundo interesados en desentrañar aún más secretos sobre este dispositivo histórico.

Recientemente, un estudio realizado por la Universidad de Glasgow ha revelado nuevos detalles sobre el mecanismo, utilizando técnicas de análisis bayesiano. Este análisis ha confirmado que el dispositivo original tiene entre 354 y 355 agujeros, correspondientes al calendario lunar griego, lo que desmiente la suposición previa de que seguía el calendario solar de 365 días de los antiguos egipcios.

La réplica del mecanismo de Anticitera, abierta al público en la Universidad de Sonora, no solo es un logro académico, sino también una herramienta invaluable para la comunidad científica global. Con esta recreación, se espera seguir ampliando el conocimiento sobre uno de los logros más impresionantes de la ingeniería antigua y seguir desvelando los secretos de la primera computadora mecánica de la humanidad.

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