RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS (AP).- Tras su elección, el presidente Donald Trump ha prometido reducir los costos de alimentos, una de las principales preocupaciones de los votantes, quienes han experimentado aumentos en productos básicos desde 2021 debido a factores como la pandemia, la guerra en Ucrania y la gripe aviar.
Trump se comprometió durante su campaña a disminuir los precios en supermercados, criticando los aumentos en productos como el tocino y los cereales.
Sin embargo, sus propuestas, entre ellas imponer aranceles a productos importados y deportar trabajadores indocumentados, generan opiniones divididas entre los economistas, quienes advierten que estas medidas podrían incluso encarecer los alimentos.
Según datos oficiales, los precios de los alimentos en EE. UU. subieron un 28 % desde 2019, aunque el incremento en 2024 fue del 2 %, más bajo que en años anteriores. Este aumento ha afectado a la mayoría de los votantes, especialmente a las familias.
De acuerdo con la encuesta AP VoteCast, el 70 % de las mujeres y el 63 % de los hombres expresaron gran preocupación por el costo de los alimentos, y la mayoría de ellos apoyó a Trump en las elecciones, esperando alivio a la presión financiera en sus hogares.
En su plan de acción, Trump ha propuesto un arancel universal de entre el 10 % y 20 % sobre todos los bienes importados y hasta un 60 % en productos de China, con el objetivo de fortalecer a los agricultores estadounidenses.
Sin embargo, expertos como David Ortega, economista de la Universidad Estatal de Míchigan, advierten que aranceles a insumos y productos importados aumentarían los costos de producción agrícola, lo cual podría reflejarse en precios más altos para los consumidores.
Además, algunos países podrían imponer aranceles de represalia, afectando las exportaciones de productos estadounidenses.
Otra medida clave del plan de Trump es la deportación de trabajadores indocumentados, que representan más de 2 millones de empleados en la cadena alimentaria de EE. UU. Ortega advierte que la deportación masiva de estos trabajadores podría disminuir la mano de obra en el sector y aumentar los costos laborales, lo que incidiría en el precio final de los alimentos.
Trump también ha propuesto reducir los costos energéticos aumentando la producción de petróleo y gas, lo que, según él, podría bajar indirectamente los precios de los alimentos. Sin embargo, el Departamento de Agricultura estima que los costos energéticos representan solo una pequeña parte del gasto total en alimentos, por lo que este impacto podría ser limitado.
Pese a los desafíos, una mayoría de votantes republicanos confía en que Trump cumplirá con su promesa. La Encuesta de Política Alimentaria y Agrícola Gardner indica que el 74 % de los republicanos creen que su partido puede reducir los precios de alimentos.
Sin embargo, expertos advierten que las soluciones a corto plazo son limitadas y que las políticas efectivas a largo plazo, como aumentar la competencia e invertir en tecnología agrícola, podrían ofrecer mayores beneficios para el consumidor.