RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Quince años después de su partida, Luisito Martí sigue siendo recordado como un ícono de la alegría y la creatividad en República Dominicana. Su talento multifacético dejó una huella imborrable en el humor, la música y el cine, consolidándolo como una de las figuras más queridas de la cultura dominicana.
Martí cautivó al público con personajes emblemáticos como Justo Balbuena, Filomeno y El Chino Bichán. Estos roles no solo arrancaron risas, sino que también ofrecieron una representación auténtica de las vivencias cotidianas del dominicano, desde el sueño americano hasta las peculiaridades locales.
Como parte del cuadro de comedias de El Show del Mediodía, Martí creó un repertorio inolvidable que incluyó a Belarminio, Casimiro Valdez y Don Efraín, personajes que reflejaban distintos matices de la sociedad dominicana. Su capacidad para conectar con el público era inigualable, y su humor, impregnado de ingenio y sensibilidad, trasciende generaciones.
En la gran pantalla, Martí brilló con películas como Nueba Yol: ¡Por Fin Llegó Balbuena! (1995) y Los Locos También Piensan (2005). Estas producciones llevaron su arte más allá de las fronteras nacionales, convirtiéndolo en un referente del cine dominicano y en un símbolo de la diáspora.
Además del humor y el cine, Martí dejó un importante legado en la música. Con canciones como A mi hijo no me le den, Depende de la bolita y Gato entre macuto, su carisma musical sigue resonando en las fiestas y celebraciones familiares.
En 2022, Romeo Santos rindió tributo a Martí con el videoclip de Suegra, donde recreó al icónico Balbuena junto al artista urbano Bulin 47. Este homenaje no solo celebró la memoria de Martí, sino que también introdujo su humor a nuevas generaciones.
