RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO (EFE).- Por primera vez, un análisis con carbono 14 ha permitido establecer con precisión la antigüedad de las pinturas rupestres de las Cuevas de Borbón o Pomier, consideradas uno de los principales artes de la cultura taína en el Caribe.
Los resultados confirman que estas obras fueron realizadas entre el siglo XI y finales del siglo XV, hasta el contacto con los españoles.
La investigación, liderada por el arqueólogo hispano-dominicano Adolfo López, ha sido realizada en conjunto con especialistas españoles y en colaboración con la Universidad de Oxford, la Universidad Complutense de Madrid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). También ha contado con el respaldo del Museo del Hombre Dominicano, el Ministerio de Medio Ambiente y la Academia Dominicana de Ciencias.
Según López, las pinturas representan rituales sagrados como la ceremonia de la cohoba (uso de sustancias alucinógenas en ceremonias religiosas), así como deidades y animales que habitaban la isla. “Es como observar fotografías de hace mil años”, explica el arqueólogo.
Para la datación, los investigadores extrajeron pequeñas muestras de carbón vegetal sin comprometer la integridad de las obras, un proceso complejo debido a la dificultad de obtener material orgánico en buenas condiciones.
En la reserva Cuevas de Pomier, que cuenta con 37 cuevas documentadas, se han identificado hasta el momento 1,033 pinturas y 103 petroglifos, aunque los expertos estiman que el total podría superar las 1,700 muestras de arte rupestre.
Cuevas del Pomier: un centro ceremonial de gran importancia
Los resultados del estudio indican que no hay pinturas anteriores a la época taína, lo que refuerza la hipótesis de que este sitio fue un centro ceremonial de gran relevancia para los indígenas. López compara su importancia con lugares sagrados actuales como el Vaticano o el santuario de Lourdes.
Las pinturas fueron realizadas con carbón vegetal previamente tratado y en su mayoría representan aves sagradas, figuras humanas antropomorfas y antropozoomorfas, así como otros animales como tortugas y perros.
El estudio también confirma que en las cuevas hubo enterramientos con restos humanos, aunque los investigadores aún no han logrado ubicar el poblado taíno al que pertenecían los habitantes del lugar. Se presume que pudo haber estado en lo que hoy es San Cristóbal, aunque la falta de estructuras de piedra hace difícil su localización.
Este hallazgo arqueológico se da en un momento en que la reserva de Cuevas de Pomier se encuentra en el centro de una polémica debido a la explotación minera en la zona, situación que ha llevado a diversos sectores a exigir la protección inmediata de este patrimonio histórico y cultural.
Los investigadores coinciden en que la nueva información obtenida refuerza la necesidad de conservar este sitio, que no solo representa un legado invaluable de la cultura taína, sino que también podría revelar más detalles sobre la vida y creencias de los primeros habitantes de la isla.