RDÉ DIGITAL, WASHINGTON.- El presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Smith Augustin, instó este jueves a los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a cambiar la visión internacional que se tiene sobre su país, al tiempo que denunció el impacto del crimen transnacional como un factor clave en la crisis que atraviesa la nación caribeña.
Durante la inauguración de un simposio sobre Haití celebrado en la sede de la OEA, Augustin fue enfático: “Ningún país es un problema para otro país o región. “Haití es víctima, no amenaza”. En su discurso, el líder haitiano exhortó a la comunidad internacional a comprender a profundidad la crisis haitiana antes de intentar resolverla.
La actividad fue convocada a solicitud de las propias autoridades haitianas, con el objetivo de visibilizar las verdaderas causas estructurales del colapso institucional, social y de seguridad que sufre el país.
Una crisis con raíces transnacionales
Augustin subrayó que Haití sufre las consecuencias del crimen organizado internacional, en especial el tráfico ilegal de armas, del cual su país no es productor, pero sí receptor. Citó datos de Naciones Unidas que señalan que muchas de estas armas proceden de Estados Unidos, transitan por República Dominicana y terminan alimentando la violencia en suelo haitiano.
“Haití no produce armas ni municiones, pero cientos de miles de armas de fuego circulan libremente en nuestro territorio, alimentando el crimen y la corrupción”, afirmó.
El dirigente también rechazó la narrativa que presenta a su nación como una amenaza regional. Propuso analizar cómo los problemas no resueltos en países vecinos —incluido el tráfico ilícito y la falta de control fronterizo— agravan la situación interna de Haití.
“Los países más débiles son los que más sufren. Las estructuras criminales no reconocen fronteras”, sentenció.
Llamado a la solidaridad
Smith Augustin reiteró que Haití no podrá salir solo de su actual crisis. Señaló la necesidad urgente de una cooperación internacional más efectiva, sostenida y coordinada, especialmente en la lucha contra el crimen organizado que desestabiliza a todo el Caribe.
“Cuantos más países se ven afectados por estas redes, más difícil resulta erradicarlas desde una sola nación. “El deber es compartido”, puntualizó.
Augustin concluyó su intervención reafirmando el compromiso del Consejo Presidencial de Transición con la recuperación institucional, el restablecimiento del orden, la reactivación económica y la organización de elecciones libres y creíbles.
“Esta misión, aunque difícil, sigue siendo alcanzable. Haití no necesita lástima, necesita solidaridad responsable”, culminó.