RDÉ DIGITAL WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden anunció que no renovará el programa migratorio que permitía a ciudadanos de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua ingresar a Estados Unidos de manera legal si llegaban en avión y contaban con un patrocinador. Este programa, establecido en 2022 para frenar la creciente migración irregular en la frontera sur del país, proporcionaba una vía legal alternativa que permitía a los migrantes vivir y trabajar en Estados Unidos por dos años mientras solicitaban otro estatus legal.
Originalmente, el programa comenzó con los venezolanos debido al aumento masivo de su migración, y posteriormente se extendió a cubanos, haitianos y nicaragüenses, quienes intentaban ingresar de manera irregular a Estados Unidos. En su afán por mantener el control de la frontera mientras ofrecía opciones seguras, el gobierno de Biden buscaba reducir los cruces ilegales y al mismo tiempo otorgar oportunidades legales a quienes huían de la violencia y la inestabilidad en sus países de origen.
La decisión de no prorrogar este programa llega en un momento crucial, justo un mes antes de las elecciones presidenciales de 2024. La vicepresidenta Kamala Harris, quien busca consolidar una postura más firme sobre inmigración, ha mostrado interés en reformar las políticas migratorias para evitar el descontrol en las fronteras. En contraste, Donald Trump ha criticado severamente las políticas migratorias de la administración Biden, argumentando que han permitido un aumento en la entrada de migrantes. En particular, el expresidente ha centrado sus críticas en los migrantes haitianos, difundiendo información falsa sobre su impacto en Estados Unidos.
Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) declararon que los migrantes que se beneficiaron de este programa durante los últimos dos años tendrán que optar por una de las siguientes opciones: buscar otro estatus legal, salir del país o enfrentarse a la deportación. Sin embargo, varias nacionalidades, como los venezolanos y haitianos, pueden solicitar el *estatus de protección temporal* (TPS), un mecanismo que les permite permanecer en Estados Unidos debido a la situación de violencia extrema o desastres naturales en sus países de origen.
“Este periodo de dos años pretendía permitirles a las personas solicitar ayuda humanitaria u otros beneficios de inmigración para los que podrían ser elegibles, así como trabajar y contribuir a Estados Unidos”, explicó Naree Ketudat, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional. También indicó que los migrantes que aún no han cumplido los dos años podrán seguir aplicando a este estatus.
Aunque el programa no será renovado para ciudadanos de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua, los migrantes provenientes de Afganistán y Ucrania no se verán afectados y seguirán siendo elegibles para opciones migratorias especiales debido a las condiciones humanitarias que prevalecen en sus países. Además, los migrantes que actualmente se encuentran en la frontera sur todavía podrán solicitar su admisión bajo este programa mientras se mantengan los plazos establecidos.
Esta decisión refuerza el enfoque del gobierno en equilibrar la política migratoria entre la seguridad fronteriza y las opciones legales, en un contexto en el que el debate sobre la inmigración es cada vez más central en la campaña presidencial de 2024.