Por Jeimy Moquete
RDÉ DIGITAL, PARÍS.- El satélite Biomass, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha completado con éxito el despliegue de su antena de 12 metros de diámetro, con forma de paraguas, un paso crucial para iniciar su misión de observar los bosques del planeta y medir la cantidad de carbono que almacenan.
Lanzado el 29 de abril desde el puerto espacial europeo en Kurú (Guayana Francesa), a bordo de un cohete Vega-C, Biomass es el primer satélite con un radar de apertura sintética en banda P, tecnología capaz de atravesar el dosel forestal y ofrecer datos precisos sobre la altura de los árboles y la biomasa vegetal.
El reflector de malla desplegado sobre el satélite permitirá transmitir la señal del radar hacia la Tierra y captar el eco de retorno, proporcionando datos clave para entender el papel de los bosques en el ciclo global del carbono.
Despliegue milimétrico en el espacio
La apertura de la antena, descrita como un “ejercicio de malabarismo”, se realizó por etapas y duró varios días. Primero, se desplegó el brazo de soporte de 7,5 metros en tres fases, una por día, aprovechando los momentos en que los satélites de seguimiento ofrecían cobertura óptima desde las estaciones terrestres.
Una vez completado este paso, se desactivaron los sistemas de control de actitud y órbita del satélite para permitir una apertura sin interferencias. Luego, se activaron dispositivos pirotécnicos que liberaron la correa de sujeción y permitieron el despliegue completo del reflector.
“Estamos un paso más cerca de desvelar conocimientos sin precedentes sobre los bosques del mundo”, declaró Simonetta Cheli, directora de programas de Observación de la Tierra de la ESA, quien celebró el éxito técnico de esta misión, considerada una de las más pioneras de los Exploradores Terrestres.
Una misión climática clave
Con Biomass, la ESA busca aportar datos decisivos para la lucha contra el cambio climático. El radar en banda P no solo permite estudiar la masa forestal, sino también monitorizar su evolución y estimar cómo los bosques contribuyen a absorber o liberar dióxido de carbono.
Según el director del proyecto, Michael Fehringer, el despliegue marca el fin de la fase inicial de operaciones y el inicio de una nueva etapa en la exploración medioambiental desde el espacio.