mayo 2, 2025
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RDE DIGITAL

“Botero”: Ballet Nacional convierte la pintura en poesía escénica

RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El Ballet Nacional Dominicano presentó la obra “Botero” en la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, en una función que provocó una ovación de pie y convirtió el escenario en una galería viviente de formas, emociones y crítica social. La pieza se presentó como parte de las actividades por el 85 aniversario de la Dirección General de Bellas Artes.

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Inspirada en el universo visual del artista colombiano Fernando Botero (1932–2023), la obra fue concebida originalmente por el Ballet Metropolitano de Medellín y la coreógrafa Annabelle López Ochoa. En esta versión dominicana, bajo la dirección artística de Stephanie Bauger, la propuesta cobró vida con una interpretación profundamente sensorial y técnica.

Eliosmayquer Orozco protagonizó como el “Botero dominicano”, marcando el inicio del espectáculo con un solo a las 8:40 de la noche del jueves 3 de abril. Su presencia escénica, desplazamiento y gestualidad lo convirtieron en hilo conductor de una travesía dancística que reinterpretó los cuadros voluminosos, simbólicos y a veces controversiales del pintor colombiano.

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Cada una de las 14 escenas, divididas en dos actos, reveló aspectos del mundo de Botero: desde su relación frustrada con la tauromaquia, hasta su mirada crítica sobre la religión, el erotismo, la violencia en Colombia y la cultura popular. La escenografía, el vestuario artesanal diseñado por Diana Echandía y las máscaras confeccionadas a mano aportaron una dimensión teatral onírica que complementó la intensidad corporal de los 19 bailarines en escena.

Uno de los momentos más simbólicos fue la interacción entre Orozco y Yuleidi Pérez Rojas, quien interpretó una mosca. Esta figura, según anécdotas sobre Botero, solía aparecer en sus pinturas como símbolo de equilibrio visual. En el escenario, esa relación se convirtió en un viaje poético entre creación y observación.

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La obra también expuso episodios históricos duros: la escena “Blanco y Negro” evocó el atentado de 1995 en Medellín con una representación coreográfica de “El Pájaro”, escultura utilizada para ocultar explosivos. Más adelante, “Escobar” simbolizó el fin de una era de violencia sin dejar de advertir sobre sus secuelas.

A través del tango, el circo, las frutas, los obispos y los militares, el espectáculo abordó temas universales como la identidad, el poder, la muerte, el placer y la resiliencia. Una frase del propio Botero acompañó el cierre del espectáculo: “El arte debe ser un oasis; un lugar o refugio ante la dureza de la vida”.

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