RDÉ DIGITAL, WASHINGTON.-La guerra comercial entre China y Estados Unidos continúa intensificándose. A partir de este lunes, el gobierno chino ha implementado nuevos aranceles del 10 % al 15 % a productos estadounidenses, como represalia por los gravámenes impuestos por el expresidente Donald Trump a las importaciones chinas.
A pesar del aumento en las tensiones, no se observan señales de un acuerdo entre ambas potencias para frenar el conflicto económico.
El pasado 4 de febrero, Pekín anunció que los nuevos aranceles afectarían productos clave de Estados Unidos, como el carbón, el gas natural licuado, el petróleo crudo, la maquinaria agrícola, los automóviles de gran cilindrada y las camionetas. Además, el gobierno chino ha implementado controles a la exportación de minerales estratégicos como el tungsteno y el telurio, elementos cruciales para la industria tecnológica.
Como parte de su estrategia, China también ha iniciado una investigación antimonopolio contra el gigante estadounidense Google, acusándolo de violar la Ley Antimonopolio del país.
Pekín acusa a Trump de violar las normas de la OMC.
China ha argumentado que los aranceles de Trump fueron justificados por el impacto del fentanilo, pero considera que estas medidas “violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)” y afectan negativamente la cooperación bilateral. Por esta razón, Pekín ha llevado el caso ante la OMC, defendiendo que su respuesta tiene como objetivo proteger la seguridad y los intereses nacionales.
Trump aplaza aranceles para Canadá y México, pero mantiene presión sobre China.
En medio de la escalada, Trump ha decidido retrasar por un mes la implementación de aranceles para Canadá y México, pero ha mantenido las tarifas del 10 % a los productos chinos.
Algunos analistas consideran que China intenta negociar desde una posición de fuerza para evitar un conflicto comercial más grave. Sin embargo, desde Pekín no se ha emitido información oficial sobre conversaciones con el gobierno de Estados Unidos, y todo dependerá de si Trump decide contactar al presidente chino, Xi Jinping, para calmar las tensiones.
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump ya había impuesto aranceles por 370.000 millones de dólares anuales a productos chinos, a lo que Pekín respondió con medidas similares contra las exportaciones estadounidenses.