RDÉ DIGITAL, PARÍS.- A sus 21 años, Coco Gauff inscribió su nombre en la historia del tenis al conquistar su primer título de Roland Garros, el segundo Grand Slam de su carrera, y consolidarse como una de las figuras más prometedoras del circuito femenino.
Esta victoria representa no solo el fruto de su talento, sino también el resultado de su evolución como deportista. En una final intensa, venció a la número uno del mundo, la bielorrusa Aryna Sabalenka, con parciales de 6-7(5), 6-2 y 6-4, en un duelo que duró 2 horas y 38 minutos.
Gauff supo sobreponerse a un primer set perdido en el tie-break. Su remontada, marcada por precisión y carácter, evidencia su madurez en los momentos clave.
La redención en su superficie predilecta
Este triunfo tiene un sabor especial. En 2022, con apenas 18 años, la joven estadounidense ya había llegado a la final del Abierto parisino, pero se quedó a las puertas del título. Tres años después, vuelve al polvo de ladrillo para levantar el trofeo Suzanne Lenglen, en el escenario donde ha cosechado sus mejores resultados.
Su estilo de juego —basado en una sólida defensa, gran potencia y aguda lectura táctica— encuentra en la tierra batida su hábitat natural. En París ha pulido su técnica, fortalecido su mentalidad y demostrado que está lista para asumir el protagonismo del circuito.
Más que una victoria
La consagración de Gauff va más allá de lo deportivo. Su determinación, disciplina y humildad la han convertido en un modelo a seguir para las nuevas generaciones. Ahora, como número 2 del mundo, lanza un mensaje claro: su era apenas comienza.
Con dos Grand Slams en su haber —el US Open 2022 y ahora Roland Garros 2025—, la tenista estadounidense se perfila como una contendiente habitual en las grandes citas. Su juventud, combinada con experiencia y temple competitivo, augura un futuro repleto de logros.
Este título no solo marca un hito en su carrera, sino que también deja huella en la historia del tenis femenino.
Fuente: EFE
