RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La Confederación Dominicana de la Unidad Evangélica (CODUE) ha alzado su voz este miércoles exigiendo a las autoridades una transformación radical en el sistema penitenciario del país.
El presidente de CODUE, el pastor Feliciano Lancen Custodio, ha expresado su preocupación por la situación actual de las cárceles, describiéndolas como «almacenes de hombres vivos» y haciendo un llamado urgente para que se respeten los derechos de los internos y se les brinde un trato digno.
Lancen Custodio ha enfatizado que es fundamental que los anuncios de mejoría en los centros penitenciarios se materialicen y no queden en simples palabras. Ha destacado que la República Dominicana tiene una deuda histórica de 40 años con los privados de libertad y ha instado a que en este siglo XXI las cárceles se conviertan en lugares de restauración y reforma para que los reclusos puedan reintegrarse a la sociedad de manera positiva.
La demanda de CODUE surge en medio de la tragedia ocurrida en la cárcel de La Victoria, donde once personas perdieron la vida en un incendio el pasado lunes. Este suceso ha generado un intenso debate entre diputados oficialistas y opositores respecto al sistema carcelario dominicano.
La tragedia en La Victoria ha puesto en evidencia las deficiencias del sistema penitenciario dominicano y ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformas urgentes.
Mientras que los diputados de distintas corrientes políticas han expresado opiniones diversas sobre el estado de las cárceles y las acciones del gobierno.
Mientras que algunos han criticado la falta de avances en proyectos para mejorar las condiciones de reclusión, otros han destacado los esfuerzos del presidente Luis Abinader por abordar las precariedades del sistema penitenciario y han llamado a concentrarse en soluciones más que en críticas.
La sociedad civil, representada por CODUE, hace un llamado claro y contundente a las autoridades para que se tomen medidas efectivas que garanticen el respeto a los derechos humanos de los internos y la transformación real de las cárceles en espacios de rehabilitación y reinserción social.
