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Crees: 59.9% del presupuesto de educación se va en salarios

RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.– A pocos días del cierre del año escolar 2024-2025, el sistema educativo público dominicano vuelve a quedar bajo escrutinio. Desde 2013, cuando se destinó por ley el 4 % del producto interno bruto (PIB) al sector, la inversión acumulada asciende a casi RD$2 billones, pero los resultados siguen siendo insatisfactorios.

De acuerdo con datos oficiales, en estos 12 años el país ha invertido RD$2 billones 65,326 millones (unos US$40,072 millones) en educación pública. Solo en 2024, el presupuesto fue de RD$309,000 millones para una matrícula de aproximadamente 2.5 millones de estudiantes.

Estructura deficiente y gasto desproporcionado

El economista Miguel Collado Di Franco, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), advierte que, pese a la millonaria inversión, los males estructurales persisten: infraestructura en mal estado, hacinamiento en las aulas, deserción escolar y bajos niveles de aprendizaje.

“El gasto ha sido cuantioso, pero no hay evidencia de mejoras proporcionales en el rendimiento académico. “Doce años después, los problemas siguen casi intactos”, sostuvo Collado Di Franco.

Según el estudio más reciente del CREES, titulado “Doce años del 4 % deberían motivar a cambios”, el 59.9 % del presupuesto educativo se ha destinado al pago de salarios, beneficiando principalmente al personal docente y administrativo, que actualmente percibe los ingresos por hora más altos del país, incluso por encima del sector financiero y asegurador.

Un modelo que urge revisión.

El análisis del CREES respalda sus observaciones con el llamado “reporte Harvard”, que concluye que aumentar el gasto en educación, sin reformas orientadas a resultados, no garantiza una mejora en la calidad.

“La intervención estatal no ha tenido efectos significativos. “La educación sigue siendo de baja calidad, a pesar del volumen de recursos”, recalca Collado Di Franco. Argumenta además que las estructuras actuales han favorecido a grupos organizados dentro del sistema, más interesados en mantener privilegios que en mejorar la enseñanza.

Reforma pendiente y alternativas

Para el economista, es urgente reformar el sistema para garantizar que el sacrificio de los contribuyentes se traduzca en una verdadera mejora en la formación de los estudiantes. “La sociedad dominicana debería haber aprendido: más recursos no bastan si no hay transformación real del modelo educativo”.

Propone introducir esquemas de competencia en el sistema escolar, ampliando las opciones disponibles para los padres e incentivando la participación activa de la sociedad civil en la supervisión y evaluación de resultados.

Aunque la ley del 4 % se instauró como un hito en la política educativa, los datos y la realidad en las aulas demuestran que su impacto ha sido limitado. A medida que se acerca el fin del ciclo escolar, el país enfrenta una disyuntiva: continuar gastando sin rumbo claro o rediseñar el sistema para que la inversión tenga un efecto tangible y duradero en la calidad educativa.

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