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Críticas internas y lealtades radicales marcan el futuro político de Trump

RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS (EFE).- A medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la figura del expresidente Donald Trump continúa generando divisiones y controversias entre sus antiguos colaboradores.

Un número significativo de exfuncionarios ha roto con él, describiéndolo como «ignorante», «incoherente» y, en palabras de su exjefe de gabinete John Kelly, «fascista», lo que plantea interrogantes sobre quiénes podrían acompañarlo en un hipotético segundo mandato.

En caso de vencer a la demócrata Kamala Harris, se espera que Trump forme un gabinete más leal y radical que el de su primera administración (2017-2021), que estuvo marcado por constantes despidos y tensiones internas, muchas veces comunicadas a través de Twitter. Solo la mitad de los exintegrantes de su gabinete lo respaldan en la actualidad.

Las críticas hacia Trump giran principalmente en torno a su falta de conocimiento sobre el funcionamiento del gobierno y sus tendencias autoritarias. Exfuncionarios como John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional, han comparado trabajar con él a «vivir dentro de una máquina de pinball», debido a su falta de enfoque y consistencia en la política.

Por su parte, el exvicepresidente Mike Pence ha anunciado que no votará por Trump, evidenciando aún más la fractura en el Partido Republicano.

Trump, que ha argumentado que despedía a sus colaboradores por mal desempeño, parece estar más decidido a rodearse de aquellos que le son leales.

A pesar de no haber revelado completamente sus planes, se rumorea que el senador J.D. Vance podría ser su vicepresidente. Además, se considera la inclusión de figuras como Robert F. Kennedy Jr., quien renunció a su propia campaña para apoyar a Trump, y el magnate Elon Musk, quien ha manifestado su apoyo al expresidente.

En cuanto a la política exterior, el senador Marco Rubio es mencionado como un posible secretario de Estado, mientras que Stephen Miller y Richard Grenell, conocidos por sus posturas firmes en temas de inmigración y relaciones internacionales, podrían ocupar puestos importantes en el nuevo gabinete.

El entorno familiar de Trump también está en juego, ya que, aunque su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner fueron figuras clave en su primera administración, Donald Trump Jr. y su nuera Lara Trump parecen estar ganando influencia.

A pesar de su base de apoyo, algunas de las críticas más contundentes provienen de exaltos mandos militares como el exsecretario de Defensa James Mattis y el exjefe de las Fuerzas Armadas Mark Milley, quienes lo consideran una amenaza para la Constitución.

En un giro sorprendente, Trump ha atacado a la cúpula militar por considerarla demasiado progresista, declarando que planea «despedirla».

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