RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.– Mucho antes de asumir la Presidencia de la República, Luis Abinader había anunciado una estrategia de seguridad que incluía una revisión profunda del sistema carcelario del país. Sin embargo, tres años después, la situación no ha mejorado significativamente.
El plan de Abinader, presentado durante su campaña electoral en 2020, incluía una reorganización del sistema penitenciario, un aumento en la inversión en la prevención del consumo de drogas, así como la implementación de programas de reinserción laboral y asistencia psicológica.
A pesar de los esfuerzos declarados, recientemente el mandatario admitió durante una rueda de prensa que los avances en la reforma carcelaria no han sido suficientes. Esto surge en medio del desmantelamiento de una red de comunicaciones clandestina en la cárcel de La Victoria, que utilizaba tecnología sofisticada para su funcionamiento.
Además, los desafíos persisten en términos de hacinamiento y condiciones inadecuadas en las cárceles dominicanas. La población carcelaria sigue siendo alta, con tasas de hacinamiento que superan el 60%, según datos de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales.
A pesar de los intentos anteriores de mejorar la situación, como la construcción de nuevas instalaciones como la cárcel Las Parras, la realidad muestra que aún queda mucho por hacer para alcanzar estándares aceptables en el sistema penitenciario dominicano. La reforma sigue siendo una tarea pendiente que requiere un compromiso continuo y acciones concretas por parte del gobierno para garantizar los derechos de los privados de libertad y la seguridad de la sociedad en su conjunto.