RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Recientemente se han desclasificado documentos de la CIA que revelan detalles de las intenciones del presidente dominicano Juan Bosch durante su mandato en 1963, el cual estuvo marcado por tensiones internas y relaciones complicadas con Estados Unidos.
Según los archivos, Bosch había considerado colaborar con la CIA en un intento para derrocar al dictador haitiano François Duvalier, conocido como “Papa Doc”, pero abandonó esa iniciativa antes de llevarla a cabo.
El documento, fechado el 10 de septiembre de 1963, es parte de un informe más amplio sobre las operaciones encubiertas de la CIA en diversos países, entre ellos la República Dominicana, Haití y Vietnam.
En el apartado relacionado con Haití, la agencia de inteligencia describe los esfuerzos por apoyar a los exiliados haitianos en su lucha contra Duvalier, incluidas entregas de armas, como “100 rifles y municiones”, para un grupo de exiliados en la frontera.
Sin embargo, estos intentos no tuvieron éxito, y Duvalier continuó consolidando su poder, incluso promoviendo un culto a su personalidad y proclamándose “Presidente Vitalicio” en 1964.
El informe también detalla cómo Bosch, que había mantenido una postura crítica sobre el régimen de Duvalier, se retractó de cualquier intento de colaborar con la CIA en el derrocamiento del dictador haitiano, citando como razones su propio enfoque político y la situación interna en la República Dominicana.
En paralelo, el mismo informe advierte sobre la inestabilidad política en la República Dominicana, previendo un golpe de Estado en los meses siguientes debido a la creciente oposición interna y una tasa de desempleo del 20%.
Este golpe de Estado, que ocurrió el 25 de septiembre de 1963, puso fin al breve gobierno de Bosch, que solo duró siete meses. La CIA ya había identificado a sectores de la derecha y del Ejército, incluidos figuras como el general Antonio Imbert Barrera, como parte de los opositores a la administración de Bosch.
El reporte destaca que, a pesar de las tensiones, Bosch no adoptó una postura abiertamente anticomunista ni tomó medidas drásticas contra los retornados de Cuba, aunque su política era claramente “anticastrista y antisoviética”.
La falta de una estructura sólida de partidos políticos y sindicatos, junto con una economía inestable, fueron otros factores que contribuyeron a la creciente oposición a su gobierno.
El golpe de Estado de 1963, orquestado por sectores militares conservadores y empresarios que temían las reformas de Bosch, no contó con el apoyo directo de Imbert Barrera como cabecilla, pero sí recibió el respaldo de militares como él.
A pesar de que Bosch fue derrocado, su figura continuó siendo central en la política dominicana, especialmente durante la Revolución de abril de 1965, que buscaba restaurarlo en el poder y que llevó a la segunda intervención militar de Estados Unidos en la isla.
El gobierno de facto encabezado por Imbert Barrera durante ese conflicto se enfrentó a los constitucionalistas que apoyaban el retorno de Bosch.
Con el paso de los años, figuras como Imbert Barrera y Joaquín Balaguer jugaron papeles cruciales en la política dominicana, mientras que Bosch quedó marginado del poder hasta su muerte en 2001.
Estos documentos recientemente desclasificados arrojan nueva luz sobre los complejos y a menudo ambiguos vínculos entre Bosch, Estados Unidos y la situación política de la región en esa época, destacando las tensiones internas que contribuyeron a su derrocamiento y a la continua inestabilidad en República Dominicana.