RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La deuda de la República Dominicana con acreedores privados ha alcanzado un alarmante 54.2 % del sector público no financiero, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda. Este porcentaje refleja un incremento notable en la exposición del país a los préstamos de entidades privadas, un dato que plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.
La cifra, que incluye tanto los bonos emitidos como los créditos directos de bancos privados, ha ido en aumento en los últimos años, impulsada por la necesidad del gobierno de financiar su creciente déficit fiscal. Si bien el gobierno destaca el manejo de las finanzas públicas, el creciente peso de la deuda privada en el total de la deuda externa plantea interrogantes sobre los costos futuros de esta deuda.
En comparación con otros países de la región, la dependencia de la República Dominicana de los acreedores privados es una de las más altas, lo que podría generar presiones adicionales sobre la economía en caso de cambios en las condiciones de los mercados financieros internacionales. Además, este aumento en la deuda privada pone en evidencia la limitada capacidad del gobierno para acceder a financiamiento más barato y menos riesgoso, como los créditos provenientes de organismos multilaterales.
El gobierno, por su parte, sostiene que la deuda sigue siendo manejable y que los pagos son sostenibles. Sin embargo, la persistente escalada de la deuda privada en el sector público no financiero pone en duda hasta qué punto este enfoque será viable si las tasas de interés continúan al alza y si el entorno económico internacional se complica aún más.
Los analistas económicos señalan que, aunque el país ha logrado mantener un crecimiento económico relativamente alto, el aumento de la deuda privada podría generar vulnerabilidades ante cualquier eventualidad en los mercados financieros globales, lo que podría resultar en mayores costos para el pueblo dominicano. De no tomar medidas inmediatas, el país podría enfrentar serias dificultades para reducir su endeudamiento y garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenible a largo plazo.