RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Cada año, el Día Internacional del Juego se conmemora para destacar la importancia del juego como un derecho humano fundamental, reconocido oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Este artículo subraya que todo niño y niña tiene derecho al descanso, al esparcimiento, al juego y a participar libremente en actividades culturales y artísticas. Así, el juego se eleva más allá de una simple actividad recreativa para consolidarse como un componente indispensable del desarrollo físico, emocional, social y cognitivo de la infancia.
Beneficios del juego en el desarrollo integral
Diversos estudios demuestran que el juego es vital para el aprendizaje y el desarrollo saludable de los niños. A través de la exploración lúdica, los menores desarrollan habilidades motoras, mejoran su creatividad, fortalecen sus capacidades para resolver problemas y adquieren competencias sociales al interactuar con otros. Además, el juego contribuye a la salud mental y emocional, ofreciendo un espacio para la expresión, la reducción del estrés y la construcción de autoestima. En este sentido, la ONU recalca que garantizar el acceso y el derecho al juego es una forma efectiva de proteger la dignidad y los derechos de la niñez a nivel global.
Desafíos y desigualdades en el acceso al juego
Pese a su importancia, el derecho al juego enfrenta múltiples obstáculos en diversas regiones del mundo. La pobreza, la inseguridad, la falta de espacios adecuados y las condiciones de vulnerabilidad social limitan el acceso de muchos niños y niñas a actividades lúdicas. En zonas afectadas por conflictos o desastres naturales, el juego puede ser incluso más difícil de alcanzar, aumentando la necesidad de políticas públicas que prioricen espacios seguros y accesibles para todos.
Compromisos globales y acciones concretas
La celebración del Día Internacional del Juego constituye un llamado urgente a gobiernos, organizaciones sociales, familias y la sociedad en general para que impulsen acciones concretas que garanticen este derecho universal. Esto incluye la creación y mantenimiento de parques, centros comunitarios y programas educativos que integren el juego como herramienta pedagógica y de bienestar. También implica fomentar un entorno donde el juego sea respetado como un derecho que debe estar disponible para todos los niños sin discriminación, asegurando así un desarrollo equitativo y sostenible.
El papel de la sociedad en la promoción del juego
Más allá de las políticas públicas, la responsabilidad de proteger el derecho al juego recae en toda la sociedad. Padres, educadores y comunidades deben reconocer la relevancia del juego en el crecimiento de los niños y promover ambientes que lo favorezcan. El Día Internacional del Juego recuerda que el desarrollo pleno de la niñez es el cimiento para sociedades más justas, creativas y saludables.
En definitiva, el juego es mucho más que un acto recreativo: es un derecho fundamental y un pilar indispensable para el desarrollo integral de las futuras generaciones. La ONU, a través de la Convención sobre los Derechos del Niño, enfatiza su protección como un compromiso ineludible para todos los países del mundo.