RDÉ DIGITAL SANTO DOMINGO.- El Día Internacional del Patrimonio Mundial, que se celebra anualmente el 16 de noviembre, es una ocasión para reflexionar sobre la importancia de preservar los lugares de valor histórico, cultural y natural que constituyen nuestra herencia común. Esta fecha conmemora la adopción en 1972 del Convenio de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial, un acuerdo global que busca garantizar la conservación de estos bienes para las generaciones futuras.
El Patrimonio Mundial incluye tanto maravillas creadas por la naturaleza, como parques nacionales y áreas protegidas, como sitios de valor cultural, que cuentan la historia y evolución de la humanidad. Estos lugares son considerados de “valor universal excepcional”, lo que significa que tienen una importancia que trasciende las fronteras de los países y que debe ser preservada para el disfrute y el aprendizaje de las generaciones venideras.
En la República Dominicana, varios sitios han sido reconocidos por la UNESCO debido a su rica diversidad histórica, arqueológica y ecológica. Entre estos se destacan el Centro Histórico de Puerto Plata, el Parque Nacional Jaragua, la Ciudad Colonial de Santo Domingo y el Parque Nacional del Este, todos ellos representativos de la riqueza cultural y natural que caracteriza al país.
El concepto de Patrimonio Mundial abarca tanto lo cultural como lo natural, dos dimensiones que, aunque distintas, son igualmente valiosas. El patrimonio cultural incluye monumentos, ciudades históricas, arte y tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación, mientras que el patrimonio natural engloba ecosistemas, áreas protegidas y especies que son fundamentales para la biodiversidad del planeta. La UNESCO ha clasificado estos bienes en tres grandes categorías: el Patrimonio Cultural, el Patrimonio Natural y los Bienes Mixtos, que combinan elementos de ambas categorías.
En el ámbito de las expresiones culturales, también existe lo que se denomina “Obras Maestras de Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad”, un conjunto de tradiciones y saberes que incluyen rituales, fiestas, música, danzas y otras manifestaciones que enriquecen la identidad de los pueblos. Este reconocimiento fue instaurado en 1999 y busca preservar aquellas prácticas que, aunque no tangibles, son vitales para las comunidades y representan una parte esencial de su legado cultural.
La celebración del Día Internacional del Patrimonio Mundial no es solo una oportunidad para recordar el valor de estos sitios, sino también un llamado a la acción para su conservación. El comportamiento irresponsable de los seres humanos, como la urbanización desmedida, el turismo masivo, la contaminación y el cambio climático, son amenazas constantes que ponen en riesgo muchos de estos tesoros. A pesar de los esfuerzos por protegerlos, muchos de estos sitios enfrentan grandes desafíos, y algunos ya están siendo dañados irreversiblemente.
La UNESCO, junto con el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ha trabajado durante décadas para concienciar a los gobiernos y a la población sobre la importancia de proteger el Patrimonio Mundial. En la actualidad, alrededor de 33 lugares considerados Patrimonio Mundial están en peligro debido a diversos factores, entre los que se encuentran la guerra, el turismo no sostenible, la caza furtiva, el abandono o la explotación ilegal de los recursos naturales.
Por ejemplo, lugares tan emblemáticos como la Ciudad Vieja de Jerusalén, las ruinas de Chan Chan en Perú o la histórica ciudad de Tombuctú en Malí son considerados Patrimonio Mundial en peligro. Para evitar que estos y otros sitios desaparezcan, la UNESCO ha implementado convenciones especiales de protección, y el Comité del Patrimonio Mundial lleva a cabo campañas de sensibilización a nivel global.
En 2024, la 46ª reunión ampliada del Patrimonio Mundial, celebrada en Nueva Delhi, India, dio lugar a la inscripción de nuevos lugares en la lista de Patrimonio Mundial. Estos lugares pueden consultarse en el sitio web oficial de la UNESCO.
El Día Internacional del Patrimonio Mundial debe ser una llamada a la acción para gobiernos, instituciones internacionales y sociedad civil. Es imperativo que todos nos comprometamos con la conservación, protección y cuidado de estos sitios, no solo como un legado del pasado, sino como una responsabilidad para el futuro. La preservación de nuestro patrimonio es una tarea colectiva que nos permite honrar nuestra historia, nuestra cultura y nuestro entorno natural, asegurando que las futuras generaciones puedan también disfrutar de estos tesoros.