RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.– El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció este lunes la disolución oficial de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) como entidad principal de cooperación exterior. A partir de ahora, será el propio Departamento de Estado quien asumirá la administración directa de la ayuda internacional.
Según Rubio, esta decisión busca alinear la asistencia exterior con los intereses estratégicos de Washington y evitar el financiamiento de “gobiernos fallidos” o “ONG vinculadas a China”. La medida fue detallada en una columna publicada bajo el título “Devolviendo la ayuda exterior a su grandeza”, donde el funcionario defendió un nuevo enfoque basado en el comercio, la seguridad nacional y la competencia geopolítica.
“Toda ayuda estadounidense llevará nuestra bandera. “No se trata de caridad, sino de inversión estratégica”, afirmó Rubio.
Críticas a la gestión de USAID y sus resultados
Rubio indicó que una auditoría iniciada durante la Administración Trump reveló que USAID gestionó más de 715.000 millones de dólares (ajustados a la inflación) sin resultados proporcionales al gasto. El secretario calificó a la agencia como un “complejo industrial de ONG”, cuestionando su transparencia y el verdadero impacto para los ciudadanos estadounidenses.
Además, citó estadísticas preocupantes: en 2023, países del África subsahariana que recibieron asistencia votaron contra EE. UU. en la ONU en un 71 % de las resoluciones. También se puso en duda el uso de 89.000 millones en Medio Oriente y el Norte de África, y 9.300 millones en zonas controladas por grupos como Hamás.
“Los únicos que vivían bien con esos fondos eran los ejecutivos de las ONG”, sentenció Rubio.
Enfoque estratégico frente a China
La nueva política priorizará alianzas estratégicas, comercio justo y la seguridad nacional, con énfasis en frenar la expansión de la influencia china en regiones donde EE. UU. tradicionalmente operaba mediante cooperación.
Esta reforma marca un cambio profundo en la manera en que la primera potencia mundial entiende la ayuda exterior, dejando atrás el modelo de asistencia humanitaria desligada de intereses concretos.