RDÉ DIGITAL , EE.UU.- Washington anunció este jueves la imposición de nuevas tarifas portuarias a los buques construidos u operados por empresas chinas que atraquen en puertos estadounidenses. La medida tiene como objetivo revitalizar la industria naval local, que apenas representa el 0,1 % de la producción mundial, y contener la hegemonía asiática —especialmente la china— en el sector marítimo global.
El anuncio, realizado por el representante comercial Jamieson Greer, subraya que “los buques y el transporte marítimo son vitales para la seguridad económica estadounidense y la libre circulación del comercio”. Las tarifas entrarán en vigor a mediados de octubre y se aplicarán por tonelada o por contenedor, sin importar cuántos puertos toque un mismo barco durante su escala en el país.
Impuestos diferenciados según origen y operación
Las tasas se impondrán hasta cinco veces al año por embarcación. Sin embargo, los propietarios podrán solicitar una exención si encargan nuevos buques construidos dentro del territorio estadounidense. En ese sentido, la administración busca incentivar la producción nacional y reducir la dependencia de Asia, que actualmente domina el 95 % de la construcción naval civil, con China al frente seguida de Corea del Sur y Japón.
Para los barcos ensamblados en China, la tarifa inicial será de 18 dólares por tonelada neta o 120 dólares por contenedor. Un buque con capacidad para 15.000 contenedores enfrentaría un pago de hasta 1,8 millones de dólares por visita.
Además, todos los barcos de transporte de automóviles que no hayan sido fabricados en EE. UU. deberán pagar una nueva tasa a partir de octubre, y se sumarán recargos especiales para los buques de gas natural licuado a partir de 2028.
Reacciones y tensiones comerciales con China
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, criticó la medida, calificándola de “perjudicial para todos”. Según dijo, las tarifas aumentarán los costes del transporte marítimo mundial y agravarán la inflación en EE. UU., sin lograr su cometido de revitalizar la industria naval local.
En un contexto de creciente tensión económica entre las dos potencias, la administración estadounidense refuerza así su estrategia de “revertir el dominio chino”, heredada de las políticas arancelarias iniciadas durante el mandato de Donald Trump. La nueva estructura de tarifas busca, además, consolidar cadenas de suministro nacionales más seguras y estimular la demanda interna de buques fabricados en suelo estadounidense.
La medida excluye, por el momento, al transporte marítimo en los Grandes Lagos, el Caribe y los territorios de EE. UU., así como los buques vacíos que arriben al país para exportar productos básicos.
Claves del anuncio:
- Entra en vigor en octubre de 2025.
- Aplica tarifas por tonelada o contenedor a buques chinos.
- Exime a los que encarguen naves fabricadas en EE. UU.
- Incluye nuevos cargos para buques automotrices y gaseros.
- Forma parte de la estrategia para reconstruir la industria naval estadounidense.
