RDÉ DIGITAL, WASHINGTON.- El gobierno de Estados Unidos anunció este lunes su compromiso de proveer hasta 6.400 millones de dólares en inversión directa para respaldar la creación de una gran planta de fabricación de semiconductores por parte de la firma Samsung en Texas.
Según el comunicado emitido por el Departamento de Comercio de EE.UU., este acuerdo preliminar de términos complementa una inversión privada que supera los 40.000 millones de dólares destinados al complejo industrial en Taylor, ubicado al nordeste de Austin, Texas.
Las inversiones, subrayadas por el gobierno, se traducirán en la generación de al menos 21.500 puestos de trabajo, de los cuales 17.000 estarán relacionados con la construcción y 4.500 serán empleos en el sector manufacturero. Estas acciones están en línea con la Ley de Semiconductores y Ciencia promulgada por el presidente Biden en 2022, que asignó 39.000 millones de dólares en subsidios para fomentar la construcción de plantas y la manufactura de productos en Estados Unidos.
Hasta el momento, el gobierno ha destinado alrededor de 23.000 millones de dólares en inversiones, incluyendo el subsidio de 6.600 millones de dólares otorgado la semana pasada a la firma taiwanesa ‘Taiwan Semiconductor Manufacturing’ (TSMC) para expandir sus operaciones en Arizona.
Estas iniciativas, según la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, serán un catalizador para mantener la estabilidad y fortalecer la cadena de suministros de semiconductores en Estados Unidos. Raimondo destacó la importancia de los semiconductores fabricados por Samsung en Texas, resaltando su relevancia en tecnologías avanzadas como inteligencia artificial, computación de alto rendimiento y comunicaciones 5G.
La inversión permitirá aumentar la capacidad de la planta de semiconductores actualmente en construcción en Taylor, además de agregar una segunda fábrica y un nuevo centro de investigación y desarrollo hacia finales de la década. Asimismo, Samsung establecerá una planta de “empaque avanzado” en la que se ensamblarán diferentes semiconductores y componentes electrónicos, preparándolos para su instalación y uso en una amplia gama de dispositivos tecnológicos.
Este avance en el proceso de empacado, anteriormente realizado en países como Taiwán, representa un paso significativo para mantener toda la cadena de producción de productos estratégicos dentro de Estados Unidos.
