RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El cine dominicano se prepara para un 2025 lleno de importantes estrenos y eventos internacionales con producciones locales que ya han brillado en festivales internacionales.
Aunque en enero se tomará una pausa para el Festival de Cine Global de Santo Domingo, este evento dará inicio al 2025. de la manera más majestuosa posible.
El 2025 comienza con el esperado estreno de Tiguere, una película dirigida por José María Cabral y protagonizada por Manny Pérez y Carlos Fernández.
Este filme, que ya ha cautivado audiencias en la Mostra Internacional de Cinema de São Paulo, es una de las producciones más esperadas del año. La película, que aborda temas urbanos con una narrativa auténtica, se estrenará en las salas dominicanas en febrero, consolidando a Cabral como uno de los cineastas más influyentes de la región.
Este género ha ganado popularidad, y entre las propuestas más destacadas se encuentra Rumbo a Coopertown, que narra la dura trayectoria de los jóvenes beisbolistas dominicanos en su lucha por alcanzar las Grandes Ligas. Otro título esperado es Plátano Power, que celebra la influencia del béisbol en la cultura nacional.
Festival de Cine Fine Arts Hecho en RD el evento que se celebra anualmente, se ha convertido en una plataforma vital para el cine local, especialmente para aquellos proyectos que no alcanzan a estrenarse en los primeros meses del año.
La Bachata de Biónico, de Yoel Morales, es un falso documental con una narrativa irreverente que ha capturado la atención de audiencias internacionales, mientras que Pepe, de Nelson Carlo de los Santos, ofrece una reflexión profunda sobre la condición humana, caracterizada por su estilo cinematográfico único.
Otro de los estrenos esperados es Sugar Island, una coproducción entre República Dominicana y España dirigida por Johanné Gómez Terrero. La película, que ha ganado varios premios en festivales, aborda temas de justicia social, derechos laborales y la herencia colonial en la industria azucarera.
Los cineastas dominicanos siguen explorando temas de identidad cultural, con películas como La Bachata de Biónico que celebran las raíces nacionales, mientras que documentales como Rumbo a Coopertown y Plátano Power ofrecen un enfoque sensible sobre el deporte y la cultura.
Además, coproducciones como Sugar Island abren nuevos horizontes para el cine local, llevando las producciones dominicanas a un nivel de reconocimiento global.
El cine dominicano también sigue desafiando las convenciones con narrativas que cruzan géneros, como Pepe, una película que transita entre la realidad y la ficción, y Olivia y las Nubes, una obra que incorpora elementos surrealistas para abordar temas del amor y la memoria.
Desde el inicio con el Festival de Cine Global de Santo Domingo hasta los estrenos de películas como Tiguere y Sugar Island, la industria local sigue ganando relevancia tanto a nivel nacional como internacional.