RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Desde la creación de los primeros parques nacionales en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo hasta la actualidad, los presidentes dominicanos han establecido un total de 30 áreas protegidas, que abarcan el 26.72 % del territorio nacional, equivalente a 12,944.02 kilómetros cuadrados. Estas áreas resguardan ecosistemas, con especies endémicas de flora y fauna, y son fuente de los principales ríos del país.
Joaquín Balaguer, con nueve parques nacionales, ostentó durante años el récord de creación de estas áreas. Aunque en 2009 Leonel Fernández lo superó al decretar 11 nuevos parques, Balaguer sigue liderando en términos de superficie protegida, con 4,863.77 kilómetros cuadrados, destacando el Parque Nacional Los Haitises, de 1,600 kilómetros cuadrados.
Salvador Jorge Blanco también figura en la historia al haber creado cuatro parques, incluido el más extenso del país, la Sierra de Bahoruco, con 2,400 kilómetros cuadrados.
Entre los parques establecidos por Fernández están Anacaona, Saltos de la Jalda y La Hispaniola. Además, en 2011 firmó el decreto para el Parque Nacional Manolo Tavárez Justo, anulado en 2018 por el Tribunal Constitucional debido a conflictos con residentes locales.
Luis Abinader, actual mandatario, sumó recientemente dos parques: Loma Los Siete Picos y Hoyo del Pino, con una extensión conjunta de 250.28 kilómetros cuadrados. Estos se unen a un mapa nacional de áreas protegidas distribuidas estratégicamente.
La Cordillera Central alberga la mayor concentración, con 12 parques. En el sur hay 13, mientras que las regiones norte y este cuentan con 9 y 6 respectivamente. Algunos, como Valle Nuevo y Loma Los Siete Picos, se extienden por más de una región.
En 2004, la Ley Sectorial de Áreas Protegidas definió y delimitó los 17 parques nacionales existentes hasta ese momento. Posteriormente, los decretos presidenciales ampliaron el número a 30, aunque no todos están contemplados en la legislación original.
Esta ley establece como objetivo principal proteger la integridad ecológica de los ecosistemas, excluyendo actividades humanas intensivas y fomentando oportunidades de esparcimiento. Ejemplo de esto es Valle Nuevo, que pasó de ser una “zona vedada” en 1961 a “reserva científica” en 1983, antes de convertirse en parque nacional. (Fuente: Diario Libre)