RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO. – La narrativa actual de Haití contrasta con su origen: primer país en América Latina en alcanzar su independencia tras ser la colonia más rica de Francia. Ahora es la nación más desfavorecida del hemisferio y la gran mayoría de su población lucha entre la incertidumbre y el peligro de asegurar su supervivencia diaria. El Banco Mundial (BM) estima que el 63 % vive en la pobreza.
En este entorno, la bancarización se convierte en un desafío para la inclusión económica. Según el Banco Central de Haití (BRH), el 89 % de los adultos haitianos no tiene acceso a servicios bancarios. La pobreza generalizada, según el BM, obliga a más de cinco millones de personas a vivir con menos de US$3.65 al día. La violencia solo agrava la vulnerabilidad de la población.
Le Nouvelliste, el periódico más antiguo de Haití informa, basándose en datos del BRH, que el 96 % de los hogares no tiene acceso a asesoramiento financiero. Además, según un análisis de FinScope, el 51 % desconoce cómo ahorrar y el 50 % no está informado sobre opciones de inversión.
El BRH considera estas cifras alarmantes y evidencian la falta de educación financiera en Haití en la era digital. La entidad, citada por el periódico, ve urgente fortalecer las capacidades financieras y educativas. Para lograrlo, plantea cuatro objetivos principales: “educar en buenas prácticas financieras, sensibilizar sobre riesgos financieros y tecnológicos, proporcionar información sobre herramientas financieras y apoyar el desarrollo de habilidades para una mejor planificación financiera”.
Para promover el ahorro, a pesar de que el 67 % vive con menos de US$4.00 diarios, el Banco Central de Haití ha lanzado una revista ilustrada que enfatiza la importancia del ahorro y la inversión, así como los medios para acceder a ellos.
Aunque el 70 % de los adultos no ahorra, según FinScope, el Banco Central de Haití cree que “un enfoque basado en la economía del comportamiento, junto con una campaña de educación financiera, podría cambiar ciertos comportamientos económicos y financieros en los hogares haitianos”.
